domingo, 3 de julio de 2011

La historia de la desmovilización de un frente de las FARC que nunca existió




Exguerrilleros protagonistas del montaje de la desmovilización de la supuesta Compañía Cacica Gaitana de las FARC, le revelaron a Noticias Uno cómo prepararon a indigentes y drogadictos para que participaran en el show que se organizó con la oficina del alto comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo.

Algunos de los falsos desmovilizados, fueron reclutados en Ibagué, Neiva y el Eje Cafetero. En Pereira encontraron a este hombre llamado Oscari y conocido como Juancho.

Tiene 39 años de edad y su familia es de Girardot, Cundinamarca. Según la fuente, Juancho, el más popular del grupo, fue sometido a tratamientos de rehabilitación y desintoxicación en el hospital Santa Clara en Bogotá, pero aparentemente de nada le sirvió.

El hombre fue encontrado después de la desmovilización y por uno de sus compañeros, en la llamada calle del Bronx en Bogotá… Del encuentro quedó solo esta fotografía.

Cuando se reunieron los 70 presuntos guerrilleros, fueron llevados a un centro recreacional en Ibagué. En el club, recibieron camisetas de un movimiento cristiano para hacerse pasar por un grupo evangélico. Esa primera noche los bienaventurados asistentes al “retiro espiritual”, se fumaron las reservas que les quedaban y también se emborracharon…

Ante los 16 guerrilleros reales, quedó claro que su supuesto bloque estaba compuesta por borrachos, desempleados, ladrones, prostitutas y drogadictos. Tres días antes de la ceremonia, los visitó Olivo Saldaña, el guerrillero desmovilizado elegido para facilitar la entrega. Olivo les dijo que el grupo se llamaría “Cacica Gaitana”, pero los ex guerrilleros protestaron porque ese nombre ya lo tenía el frente 13 de las FARC que permanece cerca a Pitalito, Huila. La recomendación de nada sirvió.

Definido el nombre, los ex guerrilleros recibieron la orden de entregarles un millón a todos los reclutados y de enseñarles a formar, a marchar, a aprenderse el himno de las FARC, y a llamar “camaradas” a sus compañeros. La fuente dice que los reclutados en Bogotá nunca aprendieron a decir “camarada”, y se conformaron con decir “encaramada”.

El día de la desmovilización, los jefes del grupo se preguntaron: ¿Por qué a ninguno de los asistentes del Gobierno, ni del DAS, ni del Ejército se le ocurrió tomar las improntas del arsenal? Las armas fueron sacadas de la zona en un camión y enviadas a destruir en INDUMIL.

El día siguiente de la entrega, de acuerdo con la fuente, la inteligencia de la Sexta Brigada los entrevistó, el DAS les dio Pasados Judiciales, y la Registraduría les dio contraseñas a los indocumentados. Agrega que los 7 menores de edad fueron entregados a Bienestar Familiar, y los 63 adultos enviados en buses a Bogotá donde fueron alojados 3 días en un hotel. Luego fueron distribuidos entre una casa alquilada en el barrio Galerías y un edificio de universitarios en el sector de Chapinero.

El 15 de marzo de 2006, 8 días después de la desmovilización, el grupo se disolvió.

Juancho, el indigente que aparece en el video con la cabeza llena de yerba, fue el encargado de entretener a sus compañeros durante el entrenamiento... El gobierno intentó rehabilitarlo después de la desmovilización, pero fue inútil.

Algunos ex guerrilleros reales dieron a conocer detalles de la falsa desmovilización de la compañía Cacica Gaitana de las FARC. Según ellos, Así empezó a armarse el supuesto grupo guerrillero a punto de entregarse.

Uno de los desmovilizados que participó en todo el proceso, dijo que a una cuadra de la cárcel Distrital, en Bogotá, algunos de los jefes del grupo, recibieron más de 300 millones de pesos para comprar 43 armas cortas y una subametralladora en la llamada calle del Bronx. Dicen que el arsenal fue recogido en una camioneta Toyota Land Cruiser de color vinotinto.

Según la misma versión, 4 de los hombres a cargo del grupo, viajaron al municipio de Alvarado, Tolima, donde iba a ser la desmovilización. Al día siguiente recibieron las armas cortas que llegaron en un Renault 4. Horas después llegaron los fusiles comprados en Santa Marta. Aparentemente eran de paramilitares.

Uno de los verdaderos jefes guerrilleros vio que algo raro estaba pasando cuando descubrió que los fusiles eran de utilería. Estaban fabricados en hierro colado y madera, no tenían cerrojos, los puntos de mira atravesaban los cañones, las culatas se despegaban y cuando se les observaba en detalle, se les caía la pintura. Dicho guerrillero asegura que estos dos fusiles que aparecen colgados, estaban en esa posición mientras se secaban porque los acababan de pintar con aerosoles.

Después de recibir las armas, se inició el reclutamiento del personal.

El ex guerrillero asegura que en Bogotá contactó en una casa de citas, a una mujer conocida como Rocío. Ella, según la fuente, reclutó gente en el barrio Manuela Beltrán. La oficina del Alto Comisionado para la Paz ofreció un millón de pesos para los que se unieran al supuesto grupo subversivo.

Noticias Uno








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