La revolución y los cambios políticos en América Latina están marcados por un historial particularizado por dictaduras y gobiernos progresistas, la dinámica mundial dominada por el neoliberalismo e instalados en América Latina desde Washington, han tenido como ejecutores al Fondo Monetario Internacional, los gobiernos capitalistas, los organismos creados por las superpotencias para control político e ideológico, las Organizaciones no gubernamentales y otras instancias que se presentan a través de la cooperación internacional y desarrolladoras de capacidades locales; generalmente tienen una agenda propia o responde a los interés de los poderes locales, siempre ligados a intereses externos de dominio imperial.
Las luchas populares que en América Latina se fueron afianzando con organizaciones solidas y claros intereses comunes, sin embargo no pudieron consolidar sus procesos nacionales y revolucionarios. El golpismo como el realizado para derrocar al Gobierno Popular de Chile en 1973 derrocando a Salvador Allende, la instalación de dictaduras en Argentina, Uruguay, Bolivia, desencadenando procesos como el Caracazo en Venezuela en Febrero de 1989 en donde la forma de apagar dichos procesos demuestran y son un claro ejemplo de la brutalidad del dominio del capital sobre el trabajo.
En esta dinámica se comienza a gestar procesos alternativos y de avanzada en América Latina, de consolidación nacional y soberanía, uno de los más importantes y representativos es el Proceso venezolano levantado por Hugo Chaves con la revolución Bolivariana país que ha conseguido levantar un proceso distintito a través de la nacionalización de los recursos naturales, etc. Otros procesos reales son el de Bolivia con Evo Morales, de Ecuador con Rafael Correa, Mujica en Uruguay, Dila Rusel en Brasil y que todos tienen una característica esencial de ser antiimperialistas y rescatar la soberanía nacional.
Venezuela por la profundidad de los cambios es el gobiernos mas atacados por los lacayos del Imperio Norteamericano, por lo tanto existe un deber y una razón que promueve la solidaridad y el internacionalismo expresados y recuperados en la cooperación y la unidad Latinoamericana.
Y es por ello que la coordinadora de solidaridad con Venezuela se levanta como un producto histórico necesario, es decir debemos recuperar el sentido de la solidaridad internacional, no desde el cooperativismo o el onegeismo sino desde el internacionalismo es decir desde el sentir de un pueblo golpeado y por las mismas necesidades y un solo hecho que causa pobreza y desigualdad en todo el mundo que es la contradicción capital-trabajo, y entender que los espacios de cooperación no son espacios para solventar intereses individuales o de grupúsculos. Ya que estos espacios tienen que estar enfocados a la producción política de alternativas latinoamericanas y que deben fortalecer los procesos de transformación y además vincularlos y aportar para su radicalización. Entender que el internacionalismo, debe ser llevado con todo la responsabilidad, y que la mejor forma de aportar es profundizar los procesos de cada país y pero saber y estar comprometido a que en cualquier momento debemos dejar la vida por cualquier personas en cualquier parte del mundo.
Hoy por la historia nos vuelve a dar la razon, y el capital extranjero vulve a intervenir en pasiss cono Paraguay en donde a auspicado, un golpe de estado y en Bolivia en donde la revuleta policial amenaza la estabilidad del régimen. Es por eso que la Juventud Comunista participa ya impulsa la unidad juvenil en pos de la radicalización.