Por Eduardo Febbro
Desde París
Figura histórica de la independencia palestina, Leila Shaid es una de las mujeres más conocidas en las negociaciones internacionales. Antaño representante de Yasser Arafat en París, Leila Shaid es hoy la representante de la Autoridad Palestina ante la Unión Europea. En esta entrevista con Páginal12 realizada en París, la dirigente palestina evoca la guerra actual, los crímenes cometidos contra los civiles, la responsabilidad de George Bush, los abusos israelíes, la timidez de los europeos y los errores de la misma Autoridad Palestina.
–Se ha llegado a un punto en el que se acrecienta la guerra, se multiplican las víctimas civiles sin que se vea una salida al conflicto.
–Me parece que, luego de 16 días de bombardeos, los israelíes están tan empantanados en Gaza que necesitan una salida. Israel llevó a cabo una semana de ofensiva aérea que tuvo costos muy altos para la población. Luego hubo una segunda semana con una ofensiva terrestre con la participación de la artillería y los tanques, al mismo tiempo que continuaban los bombardeos aéreos y marítimos. Ahora llegamos a la tercera semana e Israel no pudo lograr su objetivo, es decir, eso que los israelíes llaman la destrucción de Hamas o su debilitamiento. Tampoco lograron que Hamas dejara de lanzar cohetes contra Israel. Nunca como ahora hubo tantos disparos de cohetes contra Israel y nunca como hoy esos disparos llegaron tan lejos. Los cohetes llegan hasta 50 kilómetros en territorio Israelí, es decir, a las puertas de Tel Aviv. Desde el punto de vista moral, se cometieron crímenes de guerra. Ya hubo 900 muertos –la mitad de éstos son civiles– y casi todas las infraestructuras civiles de Gaza fueron destruidas.
–Esta fase del conflicto tiene algunas semejanzas con la guerra del Líbano contra Hezbolá, en 2006. Muchos daños materiales, muchas víctimas civiles, y un objetivo que tarda en alcanzarse.
–Efectivamente. Esa es la lógica israelí. Israel está inmerso en una lógica que no se corresponde con la ética judía. Israel está negando la existencia de un pueblo, está aplastando a un pueblo con medios militares porque no se quiere reconocer que ese pueblo tiene derecho de vivir. Cuando atacaron el Líbano en 2006 dijeron que era una guerra contra el terrorismo, cuando cercaron a Arafat en Ramalá en 2002 se dijo lo mismo, que era una guerra contra el terrorismo. Antes pasó lo mismo. Cuando atacaron el Líbano en 1982 fue contra los terroristas de la OLP. En resumen, ese discurso lo encontramos siempre, podemos volver en el tiempo hasta 1942. Israel sigue convencido de que la reivindicación nacional de los palestinos puede aplastarse con la fuerza militar. Y no funciona. 60 años después seguimos existiendo. El pueblo palestino no bajó los brazos. Pero lo más grave es que hace 60 años el mundo no lo sabía porque no había televisión ni Internet. Hoy, lo terrible es que con los medios militares de que dispone Israel todo eso es visible, a tal punto que hasta las organizaciones internacionales denuncian el empleo de armas prohibidas contra la población en Gaza por parte de Israel. Pero digo esto y también agrego: el mundo sabe todo esto y es cómplice. Hicieron falta dos semanas para que el Consejo de Seguridad exija un alto el fuego. Eso quiere decir que se le dio a Israel el permiso para bombardear las poblaciones civiles.
–¿Por qué existe un consenso semejante según usted?
–Ah, hubo mucha complicidad. Mire, George Bush ha sido tal vez el hombre más peligroso que reinó en el mundo durante los últimos 60 años. El inventó el concepto de guerra preventiva, el inventó el concepto de guerra contra el terrorismo. Desde 2001, tanto el señor Sharon como el señor Olmert u hoy la señora Livni, todos pretenden que la guerra que llevan a cabo contra los palestinos no es una guerra contra un movimiento de liberación nacional sino una guerra contra el terrorismo. Ese es el discurso que reina, ése es el concepto. Los responsables políticos israelíes repiten eso todo el tiempo: “Detendremos la guerra cuando venzamos al terrorismo”. Y Europa, que es un títere, repite lo mismo. Por ejemplo, los europeos dicen que Hamas es un movimiento terrorista, lo que es totalmente ridículo. A lo largo de la historia, todos los movimientos de liberación nacional, sean de donde sean, argelinos, africanos, de Camboya, vietnamitas y hasta los mismos franceses durante la ocupación alemana, todos recurrieron a acciones terroristas para resistir a las ocupaciones militares. Y en esos casos no se trataba de una ocupación como la nuestra, que dura desde hace 42 años. Entonces, Hamas es un movimiento islamista que recurre a métodos terroristas cuando mata civiles, pero lo hace porque de esa manera responde a un terrorismo de Estado por parte de Israel.
–Sin embargo, hubo y hay negociaciones políticas entre Israel y los palestinos, incluido Hamas.
–Sí, pero en esas negociaciones Israel no dio nada. Israel eliminó al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, cuando, después de un año de negociaciones, rehusó dar algo, poner algo sobre la mesa de las negociaciones. Al mismo tiempo, Israel destruye físicamente a Hamas porque este movimiento sigue resistiendo militarmente. Es una política ciega, basada en la protección de los norteamericanos y en la de los europeos, quienes están tan culpabilizados por el genocidio que dejan hacer. Desde luego, el mundo árabe también es cómplice. El mundo árabe está demasiado dividido como para tener peso en el escenario internacional e intervenir.
–También existe un serio problema de entendimiento dentro del movimiento palestino, y ello también da lugar a excesos...
–Hay mucho más que un problema de entendimiento. Hay una división muy profunda en el cuerpo palestino. Nosotros pagamos los errores que cometimos, tanto la Autoridad Palestina como la comunidad internacional. Esos errores se dieron después de las elecciones de 2006, cuando Hamas fue invitado junto a todos los movimientos palestinos a participar en las elecciones de enero de ese año. Hamas ganó objetivamente esas elecciones y obtuvo la mayoría en el Parlamento. Los europeos incluso reconocieron que habían sido elecciones impecables, sin manipulación ni fraude. Pero la comunidad internacional boicoteó a Hamas suspendiendo la ayuda y los contactos con el gobierno electo en Gaza. A su vez, la Autoridad Palestina se negó a participar en un gobierno de unión nacional con Hamas porque el movimiento islamista no compartía muchos principios aceptados por la Autoridad Palestina. En 2007, cuando tratamos de formar ese gobierno, la comunidad internacional no lo reconoció. Así, lo que se hizo fue aislar a Hamas y a la Autoridad Palestina. Empujamos a Hamas hasta su rincón más radical, lo empujamos a tomar el poder por la fuerza en Gaza. Si la división entre Hamas y la Autoridad no hubiese sido tan grande, Israel no habría podido actuar como lo hace hoy. Esta operación ha tenido un gran impacto en la población. La gente siente que se trata de una guerra contra la causa palestina. La Autoridad Palestina va a pagar un precio político alto.
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