jueves, 10 de noviembre de 2011
Gloria Inés Ramírez- Ante la muerte de “Alfonso Cano"
Noviembre 10 de 2011 | 05:11 AM. | Noticias
Gloria Inés Ramírez Ríos
Senadora de la República por el PDA
En la noche del viernes 4 de noviembre, el Ministro de Defensa, primero, y el Presidente de la República, después, anunciaron exultantes la muerte en las montañas del Departamento del Cauca del Comandante de las FARC, “Alfonso Cano”. Desde entonces, los más connotados voceros de la oligarquía y los grandes medios de comunicación desataron una de sus acostumbradas campañas de manipulación y odio, que reflejan a las claras la miseria moral del régimen dominante y los increíbles niveles de degradación que ha alcanzado el conflicto.
Según las informaciones difundidas, el hecho fue posible gracias a un descomunal despliegue militar que contó con el apoyo del Comando Sur de Estados Unidos y en el que participaron numerosos aviones, helicópteros y tropas terrestres, frente a una precaria capacidad de respuesta de la guerrilla, cuyos combatientes no llegaban a una veintena. Sin embargo, se magnifica el papel de las fuerzas armadas hasta el punto de considerar que el calificativo de “héroes” les queda pequeño. La relaciones delictuosas entre el militarismo y el paramilistarismo, los crímenes de Estado encubiertos en la denominación de “falsos positivos” y las incontables violaciones a los derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario, cuyos responsables pretenden ser amparados ahora con el Fuero Militar, no aparecen por ninguna parte en medio de la embriaguez triunfalista. La cruda realidad de la degradación del conflicto es arbitrariamente reemplazada por el maniqueísmo y el supuesto triunfo de las “buenos” sobre los “malos”.
Tampoco existen la antidemocracia y la corrupción, puestas de manifiesto en la reciente campaña electoral, ni la injusticia social, que ha colocado a nuestro país en la vergonzosa posición de ser superado apenas por Haití y Angola en lo que respecta a la peor distribución de la riqueza en el mundo. Las causas objetivas que ha hecho de la sociedad colombiana una de las más desiguales y violentas y que están en la base del largo conflicto que nos agobia, son deliberadamente ignoradas para tratar de revestir al régimen imperante de una legitimidad que no tiene.
Como demócratas y humanistas que somos, nos duele la interminable pérdida de vidas que a diario se registra en nuestro país, no nos alegramos de la muerte de nadie y sentimos profundamente la muerte del Comandante de las FARC, “Alfonso Cano”.
Reconocemos en él a un hombre consecuente que dedicó su vida a la lucha por sus convicciones revolucionarias, que participó en varios procesos de negociación y que en los últimos meses hizo diversas manifestaciones de estar dispuesto a comprometerse en un proceso de negociación para encontrarle una salida al conflicto que vive el país desde hace 47 años. Su muerte constituye un severo golpe a estos propósitos y demuestra que el estribillo que el Presidente Santos viene repitiendo desde hace más de un año en el sentido de que “la puerta del diálogo no está cerrada con llave”, no pasa de ser propaganda engañosa y que su verdadero propósito es el aniquilamiento militar de la guerrilla o su rendición, lo que inevitablemente conducirá a que el conflicto continúe indefinidamente, por la sencilla razón de que a la paz no se llegará jamás amontonando cadáveres de parte y parte.
Por eso, no nos cansaremos de insistir ante las partes en que busquen acercamientos en procura de un acuerdo humanitario que posibilite abrir un proceso de negociaciones, como la única alternativa sensata para ponerle fin al conflicto y alcanzar la paz que anhela la gran mayoría de los colombianos(as). Persistir en la guerra con la pretensión de conseguir la claudicación del contendor o su aniquilamiento, es condenar a nuestro país a la constante repetición de hechos dolorosos que lo único que hacen es reproducir la confrontación.
Bogotá, D.C., 9 de noviembre de 2011
Tomado de:
http://www.pacocol.org/index.php?option=com_content&task=view&id=10999