Diego Vintimilla
Secretario Nacional de Frentes
Juventud
Comunista del Ecuador
“Avanzar
hacia la unidad de la izquierda” ha sido una consigna tan tradicional
en los sectores de la izquierda, que de a poco desgastó su contenido y
se convirtió en una quimera de la práxis política y un cliché para
justificar el purismo, sectarismo y todos los ismos de varios sectores
que siempre encontraron alguna excusa para no sumarse a los procesos de
unidad.
Y
es ahora paradójico que -cuando en el Ecuador tenemos un gobierno que
ha logrado dar pasos gigantes en cuanto a la reversión de las
inequidades, y que va consolidando esquemas de democratización de la
participación para la consecución del programa político nacional
plasmado en la Constitución de Montecristi del año 2008- se hayan puesto
de acuerdo varios sectores para definir un candidato presidencial que
le haga frente a Rafael Correa desde el andarivel de “las izquierdas”.
Luego
de un proceso de consolidación en lo mediático, más que en lo orgánico y
de acumulación de base popular, tenemos hoy a Alberto Acosta como el
representante de la unidad plurinacional de la izquierda, quien al
momento de resultar electo dio un discurso cargado de radicalidad y
aparente elocuencia izquierdista, el mismo que vino acompañado de los ya
conocidos abrazos de sus coidearios y de las consignas triunfalistas.
Ahora
bien, es urgente determinar algunos elementos característicos de las y
los integrantes de la “coordinadora plurinacional de las izquierdas”
para encontrar en ellos rasgos comunes que nos permitan salir de la
estupefacción de haber logrado después de tantos intentos unir a las
fuerzas “democráticas” y “revolucionarias” del país.
Esta
unidad está integrada a breves rasgos por: Pachakutik, partido de
representación del sector indígena ecuatoriano y encabezado por Lourdes
Tibán, Asambleista, y Salvador Quizhpe, Prefecto de la provincia de
Zamora Chinchipe. El Movimiento Popular Democrático, MPD, brazo
electoral del Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador, PCMLE y
liderado por Lenin Hurtado, hijo de Lenin Hurtado, figura emblemática
del MPD; Mery Zamora, expresidenta de la Unión Nacional de Educadores,
UNE; Jorge Escala, ex dirigente del magisterio y actual asambleísta por
dicha bancada. Otra agrupación es Poder Popular del prefecto de la
Provincia del Azuay, Paúl Carrasco. “Montecristi Vive” del expresidente
de la Asamblea Nacional Constituyente y actual candidato de las
izquierdas, Alberto Acosta y finalmente una corta lista de
organizaciones surgidas durante los últimos años, de las que debemos
señalar al movimiento participación del ex integrante de Movimiento
PAIS, Gustavo Larrea.
Sin
duda escuchar estos partidos y los nombres de sus representantes y su
unidad será para cualquier ciudadano con algo de memoria histórica un
logro fundamental, ya que en varias ocasiones uno de estos, si no fueron
todos, fue la piedra en el zapato para conquistar la unidad
programática de la izquierda.
Comencemos entonces señalando los antecedentes de estos grupos:
Pachakutik:
Como brazo electoral de la Confederación de Nacionalidades Indígenas
del Ecuador, CONAIE, tuvo una incidencia profunda como parte de la
oposición popular a los distintos gobiernos del Ecuador de la década
1990- 2000, apoyaron el primer semestre de la administración de Lucio
Gutiérrez para luego participar del levantamiento social para su
derrocamiento. Estuvieron con Correa hasta meses después de aprobada la
Constitución y rompieron con la “Revolución Ciudadana” cuando esta
transparentó el funcionamiento de instituciones interculturales, tales
como la Dirección de Educación Intercultural, en varias de las cuales se
encontraron irregularidades. Diversas circunstancias y discusiones
internas fueron desgastando a Pachakutik y separando a su dirigencia de
su base, hecho que se evidenció en su forma más clara en el mes de marzo
de 2012 cuando en el trayecto de la marcha en “defensa del agua y la
vida” Salvador Quishpe, quien decía soportar todas las inclemencias
climáticas, dormía en hoteles mientras sus dirigidos tenían que
guarecerse donde las circunstancias permitían.
Así
mismo con el escándalo suscitado por la adulteración y falsificación de
firmas en el Consejo Nacional Electoral, Lourdes Tibán declaraba ante
la prensa que Pachakutik sabía de empresas que hacían estos trabajos –de
recolección ilítica de firmas- , pero que como su organización no
contaba con los recursos, se vieron en la tarea de recoger ellos mismos
las firmas. Tibán es conocida por su discurso de barricada y por su
recalcitrante oposición a Correa, y es a esta asambleísta a quien Eva
Golinger ha identificado como integrante de la Corporación Empresarial Indígena que recibe constantemente recursos de la USAID con fines desestabilizadores.
Dejando
de la lado al PCMLE, consagrado en la historia como la organización
marxista fundada por la CIA, tal como lo detallaría Philip Agee en “The CIA Inside”. El
MPD fue el partido de izquierda al que menos mella le produjo la
disolución de la URSS y durante casi dos décadas fue el representante
casi único de la izquierda marxista ecuatoriana tanto en lo electoral
como en la presencia a nivel de organizaciones gremiales. El MPD
ejerció una influencia sustantiva dentro de la Federación de Estudiantes
Universitarios del Ecuador, FEUE, la Unión Nacional de Educadores, UNE y
algunos sindicatos relacionados a la salud. De la misma que
Pachakutuk, el MPD llegó con Correa hasta pasada la Constitución y rompe
cuando no logran conseguir el Ministerio de Educación.
El
MPD, cuenta en sus filas con figuras como Marcelo Rivera, preso por
dirigir una revuelta estudiantil en la universidad Central del Ecuador,
en la que fue herido gravemente el rector de esa Universidad. Otra
figura relacionada a través de sus frentes estudiantiles es Neptalí
Ramírez Loor, dirigente de la Universidad de Guayaquil, implicado en el
asesinato de Edwing Pérez, Secretario General de la Juventud Comunista
del Ecuador. Integrantes de su bancada parlamentaria estuvieron
vinculados a los hechos de sublevación policial y frustrado golpe de
Estado del 30 de septiembre de 2010.
El
MPD, durante los últimos dos años ha votado en contra del oficialismo,
haciendo juego a la derecha de Sociedad Patriótica, PRIAN y
socialcristianos.
Por
su parte; Poder Popular del Paúl Carrasco es la más reciente creación
mediática del Prefecto del Azuay, el mismo que inició su carrera
política en la dirigencia estudiantil de una universidad privada, llegó a
la prefectura a bordo de la Izquierda Democrática y ha pasado por: el
“Movimiento Encuentro Democrático” MED y Participación de Gustavo
Larrea. Cabe señalar que Carrasco llega a la reelección en 2009 como
prefecto con una alianza impulsada por G. Larrea que se encontraba en
ese entonces en Alianza PAIS y el MED, la misma que durará apenas meses
y sería disuelta unilateralmente por supuestos “excesos de centralismo”
de Correa.
A
Paúl Carrasco, la extinta Comisión de Control Cívico de la Corrupción
lo vinculó a un caso de peculado para beneficiar a sus funcionarios y
propietarios de una prestigiosa radioemisora provincial. El caso llegó
en 2011 a la extinción de la acción penal gracias a que Carrasco se
acoge al procedimiento legal de “suspensión condicionada del proceso”,
que permite evitar la cárcel a quien reconoce expresamente el
cometimiento del delito y se compromete a realizar actos reparatorios.
Gustavo
Larrea y su movimiento “Participación” son el resultado de las
fricciones de este con Rafael Correa y su paulatina pérdida de poder
dentro de Alianza PAIS. Larrea como integrante del gabinete de Correa,
fue uno de los que más resistencia generó con la población y el que más
tensionó las relaciones entre el gobierno y los movimientos sociales,
debido a sus cálculos políticos burocráticos y su excesivo
apalancamiento de figuras que sustenten su agenda política propia.
Finalmente;
el Movimiento “Montecristi Vive” de Alberto Acosta, es la confluencia
de la rama más intelectual de la “unidad de las izquierdas”, y agrupa a
una serie de sujetos políticos que se “desencantaron” de la Revolución
Ciudadana por una supuesta ruptura con los principios emanados con la
Constitución de Montecristi.
¿Que
podemos identificar como común de todos estos? A la corta o a la larga
todos y cada uno de los movimientos que conforman la Coordinadora
Plurinacional de las Izquierdas son desencantados y disidentes de la
“Revolución Ciudadana” que vale la pena decirlo: son más que discutibles
sus argumentos para marcar distancias con el gobierno de Correa.
Dividiendo
aguas: Pachakutik, MPD, Participación, Poder Popular son la
representación de la izquierda oportunista, que han tranzado con los
distintos gobiernos de turno y que hoy ven en Acosta como la única cara
no viciada que hay entre ellos y con la suficiente capacidad de discutir
de política con Correa.
Así
pues, Acosta es el correlato solitario de las izquierdas. Gran
intelectual y dueño de la simpatía de varios sectores de la población
ecuatoriana, llegó a ser mano derecha de Correa y Presidente de la
Asamblea Nacional Constituyente y cuadro representativo del proyecto
político que se inauguraba en 2006.
Es
momento entonces de preguntar: ¿Cómo Acosta logra coincidir con los
demás? ¿Tan frágil es la memoria histórica del integrante de
“Montecristi Vive”? Que en cuatro años pasó de defender una nueva forma
de hacer política y construir una nueva izquierda a ser la punta de
lanza de estos grupos.
Es
fundamental reconocer el rol histórico que jugaron los partidos y
organizaciones que componen la coordinadora, y ponerles en el sitio que
se merecen, es urgente reconocer como legítimas sus reivindicaciones
originarias, pero así mismo es fundamental contrastar estas con sus
prácticas actuales. Alberto Acosta señalaba en su discurso de
aceptación de candidatura a Correa como “un conductor irresponsable” que
pone luces direccionales hacia la izquierda y gira hacia la derecha.
La
“Coordinadora” a fin de cuentas ha demostrado ser la unidad de los
divididos, de los que no lograron poner los principios antes que los
interese particulares.
La
histórica Tránsito Amaguaña señalaba la importancia de la Unidad y la
comparaba con la mazorca del maíz “que si se va el grano se va la fila, y
si se va la fila se va la mazorca” y es precisamente la coherencia
entre “grano y grano” la que nos permitirá avanzar hacia la
radicalización y profundización de la Revolución Ciudadana.
No
podemos caer en el infantilismo de creer que la “Revolución Ciudadana”
es el culmen de las luchas populares, pero mucho menos estamos
permitidos de creer que un gobierno será el gestor del socialismo.
¿Será
acaso que Acosta creyó que en cuatro años iba a cambiar el mundo? ¿Será
que Acosta confió tanto en el poder gubernamental que olvidó la
creación del poder popular constituyente? Son estás inconsistencias e
ínfulas de hiper revolucionarismo las trabas que nuestro proceso debe
superar. Afortunadamente existen quienes se atreven a adueñarse de los
pro y los contras de este proceso y que confían plenamente en la
capacidad de construir una izquierda que supere su papel de oposición y
que construya gobierno desde ella.