lunes, 9 de noviembre de 2009

La caída de un muro y la resistencia de un sueño



Abya Yala
Juventud Comunista del Ecuador

Al corazón del amigo:
abre la muralla;
al veneno y al puñal:
cierra la muralla;
al mirto y la yerbabuena:
abre la muralla;
al diente de la serpiente:
cierra la muralla;
al corazón del amigo:
abre la muralla;
al ruiseñor en la flor…

El permanente ataque al marxismo-leninismo, desde sus inicios históricos, se reforzó aún más, posteriormente a la “Caída del Muro Antifascista”. Las actitudes reformistas y reaccionarias dentro de los movimientos revolucionarios y de toda índole, encontraron en este hito histórico, una supuesta argumentación sobre las “falencias” del socialismo.

Toda esta crisis, dentro del socialismo soviético, se evidenció -con mayor crudeza- posteriormente a la muerte de Stalin en marzo de 1953, donde el oportunismo social-demócrata comenzó a imponer nuevas políticas económicas que terminarían con el aperturismo y las invasiones capitalistas en la URSS; todo este bagaje histórico, alcanzó el clímax de la traición revolucionaria a través de fatídico XX Congreso del PCUS en 1956, donde Kruschev y su “Informe Secreto” sería la chispa que desencadenaría desestabilidades internas conllevando a la caída del muro en 1989 y posteriormente al sangriento 5 de octubre de 1993 en Moscú.

El análisis histórico considera algunas características sobre los factores que provocarían la caída del muro:

Primero.- La URSS entró en un proceso aperturista, conocido como la Prestroika impulsado por Gorvachov, donde el capitalismo económico logró imponerse frente a una “naciente y poco consolidada” economía socialista. La historia nos ha enseñado que es muy ilusorio pretender construir el socialismo con una metodología económica eminentemente capitalista, peor aún dar apertura imperialismo. El socialismo y su internacionalismo se deben ver reflejados mayoritariamente en sus políticas económicas.

Por otro lado tomemos en cuenta la falta de centralismo democrático en la era post-Stalin, según como nos narra Luis Corvolán, Secretario de Partido Comunista de Chile: La “perestroika” surgió en la cúpula, se aprobó en la cúpula y empezó a operar mediante instrucciones y decretos, con el vapuleado método del ordeno y mando. La mayoría de los soviéticos la acogió con beneplácito, pero no se organizó ni promovió la participación activa de las masas en el profundo proceso de renovación que ella implicaba. El Partido no jugó su papel de dirección en ese aspecto. Dejó hacer a Gorbachov. Dejó que las aguas escurrieran, las limpias y las descompuestas. Permitió que empezaran a surgir y a ganar más y más posiciones personas y grupos que entraron a la arena política, de buena o mala fe, erosionando el socialismo.

Segundo.- Tomemos como punto análisis las calumnias sobre el “autoritarismo” soviético, siendo Stalin el personaje histórico más atacado por los sectores reaccionarios y reformistas.

Se ha intentado difundir como verdad única que la democracia en la URSS había sido suplantada por un régimen totalitario.

Tras el intento de ocultar la verdadera importancia que tuvo Stalin; Kruschev inició, en su discurso en el XX Congreso del PCUS, el proceso de eliminar la herencia Stalinista, difamando sobre un supuesto “culto a la personalidad”.

Stalin representó a la inmensa mayoría de población de la URSS y además a no pocas secciones de los sectores oprimidos de todo el mundo.

Al socialismo soviético no lo podemos calificar de autoritario ni déspota, los ataques permanentes y las guerras fascistas hacia la URSS, solo pudieron ser derrotados gracias a la disciplina revolucionaria de un pueblo organizado. Aquellos que desprestigian el carácter íntegro que existió en el socialismo soviético, caen en prácticas anarquizantes haciendo juego con la derecha y con el fascismo en su momento. Nadie puede negar que la URSS en el tiempo de Stalin venciera al nazi-fascismo gracias al pueblo soviético organizado, pueblo que tenía importante participación en el desarrollo social como consecuencia directa del centralismo democrático.

El socialismo soviético fue autoritario solo con los enemigos de la revolución.

Tercero.- La falta de visión marxista sobre la dialéctica del desenvolvimiento social. El estancamiento frente al logro “supremo” del socialismo impidió ver dentro a algunos sectores de la URSS que la vía del socialismo hacia el comunismo está en constante construcción. El Socialismo no se lo consigue de la noche a la mañana es un proceso muy largo, siendo la historia de la URSS el ejemplo más claro sobre la importancia que se debe dar a la dialéctica marxista.

Por otro lado el papel del intelectualismo colonialista e imperialista consistió en difundir la “superación” del capitalismo sobre el socialismo soviético. Grandes campañas mediáticas fueron las mejores armas que utilizaron para desprestigiar los logros de la URSS. El dominio del capitalismo se centro en la unipolaridad del mundo, intentando silenciar la lucha de los oprimidos y explotado por su libertad, algunos ilusos llamaron hasta el fin de la historia.

Ahora bien, el “Muro de Berlín” ha caído, sin embargo la vigencia del socialismo continúa porque el capitalismo no logra solucionar de ninguna manera sus propias contradicciones internas, ni logra garantizar la vida de ningún ser vivo en el planeta.

La lucha por un mundo mejor sigue en el orden del día; y así como hemos aprendido las lecciones de la “Caída del Muro de Berlín”, hemos aprendido también que ni el mejor de los capitalismos puede superar al “peor” de los socialismos.

Hoy 9 de noviembre se cumple un año más del derrumbe de esta muralla que impidió las agresiones fascistas del nazismo pero abrió también las puertas al corazón de los amigos del socialismo.



Quito, 9 de Noviembre del 2009