miércoles, 9 de febrero de 2011

Una mirada al sujeto materialmente revolucionario: la Clase Obrera. Manuel González Prada, un interlocutor en esta problemática







Por José Molina/ Juventud Comunista del Ecuador



En esta fase histórica, en donde se manifiesta la consumación de la irreverencia humana: la lucha por el Socialismo, en condiciones parcialmente adversas y favorables; posteriores a la derrota del campo popular, expresada en el fin del Socialismo real y la implosión de la URSS; después de la declaración del fin de las ideologías, el fin de la historia; el desencanto galopante, el embate derechista; así, como también, una acentuada crisis capitalista, un amplio movimiento sui generis antiimperialista y antioligárquico en Venezuela, Bolivia, Ecuador y la heroica lucha por el Socialismo en Cuba; habría que plantearse a modo de revisión: la situación del sujeto materialmente revolucionario, la clase obrera, los trabajadores, el proletariado.


Al abordar al sujeto materialmente revolucionario desde la realidad contemporánea, tenemos que mencionar obligadamente, al inmortal Manuel González Prada, porque su texto vigoroso y combativo, al hablar de los trabajadores, se ha transformado con el pasar del tiempo, en medida rigurosa de las condiciones ideales de un verdadero movimiento revolucionario de los trabajadores, o del Partido


Para empezar, justo es reconocer, que González Prada, una clave para entender la transición del pensamiento crítico en Latinoamérica, “no resistió al impulso histórico que lo empujaba a pasar de la tranquila especulación parnasiana a la áspera batalla política”1. Sin embargo, así también, “no pudo trazar a su falange un plan de acción, su espíritu individualista, anárquico, solitario, no era adecuado para la dirección de una vasta obra colectiva”2. Palabras que le haría bien escuchar a muchos romántico-críticos


Hay, en todo caso, en su ingeniosidad, su alto grado intelectual, el compromiso hacia las luchas obreras, y lo que más tarde habrá de conocerse como su militancia de intelectual orgánico, una abstracción acertada de los principios fundamentales sobre la organicidad, la acción de la clase obrera, el sujeto materialmente revolucionario; y en la línea de Gramsci, establecerá la relación dialéctica entre la teoría y la praxis revolucionaria


Por un lado, hablemos de un tema tan actual –como para entrar al tema- que resulta impresionante que González Prada lo haya advertido hacia 1905, en un discurso leído por el primero de mayo, en la Federación de obreros panaderos, me refiero a la relación dialéctica entre teoría y la praxis revolucionaria. Para no embadurnar de largas disertaciones, ni atentar contra el texto original de González Prada y su esfuerzo por hacer simple y digerible el entendimiento de una relación importantísima en la lucha social, me permito citar el poema, al que acude nuestro referente, en el tono de una ayuda didáctica:


“En la tarde de un día cálido, la naturaleza

se adormece a los rayos del sol, como una

mujer extenuada por las caricias de su amante.

El garañon, bañado de sudor y jadeante

aguijonea los bueyes; mas de súbito se detiene

para decir a un joven que llega entonando una canción:


-¡Dichoso tú! Pasa la vida cantando mientras yo,

desde que nace el sol hasta que se pone,

me canso en abrir el surco y sembrar el trigo


--¡Cómo te engañas, oh labrador! Responde el joven poeta.

Los dos trabajamos lo mismo y podemos decirnos hermanos;

porque, si tú vas sembrando en al tierra,

yo voy sembrando en los corazones.

Tan fecunda tu labor como la mía:

los granos de trigo alimentan el cuerpo,

las canciones del poeta regocijan y nutren el alma” 3




Disculpas por la extensa cita, con este texto González Prada, hace tanto bien, al presentar que no hay diferencia entre sembrar trigo en los campos, como sembrar ideas en las mentes, que no existen jerarquías entre intelectual y obrero, que los dos, en el movimiento revolucionario “deben caminar inseparablemente unidos”4, como también manifestara V.I. Lenin: sin teoría revolucionaria, no hay praxis revolucionaria


De esta manera, podríamos hablar de algo sustancial para la construcción del Partido de la clase obrera, el Partido Comunista, fiel expresión del movimiento revolucionario de los trabajadores. “El Partido de la clase obrera -lo han dicho los clásicos de marxismo-leninismo- no puede aceptar el crecimiento de sus filas a cuenta del debilitamiento de su naturaleza de clase”5


Es cierto decir, que el intelectual, en la mayoría de los casos, no ha sido elevado de la clase obrera –hacia el asalto de los cielos-, más bien, ha procedido de un origen pequeño-burgués o burgués, cuestión que en algunos casos no ha sido problema, para adherir a la conciencia de clase. Empero, en otras ocasiones, ha suscitado el fraccionamiento, la división de la expresión política combativa del sujeto revolucionario. Por supuesto, que no olvido, de ninguna manera grandes intelectuales-obreros de la talla de A. Bebel; sin embargo, he topado de esta manera la cuestión, pues, intento llegar, a una realidad tan problemática como es el movimiento sindical en el Ecuador


Iniciemos definiendo, que la clase obrera es el sujeto materialmente revolucionario, en tanto es el productor y reproductor de la realidad, su esfuerzo en el proceso de producción, su ubicación, lo hace parte constitutiva de la realidad, esto inclusive en el capitalismo dependiente de América Latina. El desenvolvimiento de la cotidianidad de la clase obrera está determinado por la lucha de clases, sus reivindicaciones, su lucha política, e ideológica, están en función de la dinámica de la lucha de clases y de su regular situación


Habíamos empezado este artículo manifestando ciertas condiciones en que se encontraba América Latina, y de estas, como afectaron y afectan al desenvolvimiento de la organicidad y combatividad de la clase obrera y su movimiento sindical.


Hemos construido un esquema, a partir del pensamiento de González Prada, de la teoría y praxis revolucionaria en la clase obrera y su expresión político ideológica


Cabe decir ahora, que lo acuciante en el movimiento sindical es el divisionismo y fragmentación en que cayó; esto, gracias, a los “intelectuales”inorgánicos y a sueldo del imperialismo yanqui: infiltrados, intelectuales que sembraban confusión y que destruían al movimiento sindical y la unidad de la clase obrera. La clase obrera se quedó huérfana de una teoría revolucionaria, para su praxis


Evidencias, las encontramos en la vinculación de la CEOSL, CEDOC, a la CSI, que se manifiesta totalmente en contra de la movilización popular a favor de los gobiernos progresistas. Así mismo, CSA, CLAT, ORIT, infiltrados en el movimiento sindical ecuatoriano, y que manejan un discurso, que niega la lucha de clases, aunque a veces la nombre, “y [que] su estrategia de acción se diseña con el propósito de lograr el entendimiento y compatibilidad de intereses entre los trabajadores y los dueños o servidores del capital”6


Esta situación heredada de la era neoliberal, ha hecho, que hoy en día, el movimiento sindical manifieste una posición sin contenido alejado de las verdaderas tareas del movimiento, de la lucha política, posición que por oposición es una abierta conspiración de la derecha, para detener el avance de las luchas democráticas.


Manuel González Prada, hablaba de la solidaridad de los proletarios –como lo hacia Marx y Engels. A principios del siglo XX, era sustentable esta idea, era necesaria, hoy con las consecuencias conspiradoras y liquidacionistas del neoliberalismo y de sus brazos conspiradores: CSI, CSA, CLAT, ORIT, etc, en el seno del movimiento sindical ecuatoriano y latinoamericano, es difícil hablar de la unidad, sobre todo, concientemente clasista, más aún, si estos sectores conspiradores son el amanecer de la oposición oligárquica


Solo cabe esperar, que los sectores de avanzada obrera, organizaciones obreras de vanguardia, prueben su creciente experiencia histórica y su consecuencia político-ideológica adhiriendo a posiciones clasistas y revolucionarias, en el marco de las luchas contra la oligarquía y el imperialismo.



Referencias

1.-Mariátegui, José Carlos, “Prólogo”, Pensamiento y librepensamiento, Biblioteca Ayacucho, Caracas, 2004, Pág. XII

2.-Ibidem

3.- González Prada, Manuel, Pensamiento y librepensamiento, Biblioteca Ayacucho, Caracas, 2004, Pág. 112

4.- Ibidem

5.-Partido Comunista del Ecuador, El Partido de la clase obrera, Editorial Claridad, Guayaquil, 1984, Pág. 17