martes, 22 de septiembre de 2009

MANTA DIJO: YANKEE GO HOME


Por: Juan Francisco Torres
Juventud Comunista del Ecuador

Ecuador ha recuperado, después de 10 años, la Base de Manta ocupada por el Imperialismo Norteamericano, cuya función era –según ellos- la lucha contra el “narcotráfico”. El hermetismo de las acciones que realizaron las fuerzas extranjeras durante todo este tiempo deja en tela de duda los verdaderos fines con que fue establecida esta Base Militar Estadounidense desde fines del año 1999.

Durante el gobierno “vende patria” de Jamil Mahuat Witt, se estableció la Base de Manta sin ningún tipo de consulta previa al pueblo ecuatoriano ni siquiera al Congreso Nacional, pues como consta textualmente en uno de su informes “Considera que este proyecto de Acuerdo no se enmarca en ninguno de los seis numerales previstos en el artículo 161 de la Constitución Política de la República y que por tanto, no necesita la aprobación por parte del Congreso Nacional, por lo que se resuelve hacer conocer al señor Presidente del Honorable Congreso Nacional su recomendación para que el Proyecto de Acuerdo sea remitido al Ejecutivo para su debida suscripción”

Este tipo de políticas generadas por Mahuat, sobre la relaciones de sumisión extranjera, vendrían acompañadas además de muchos acontecimientos que rendían tributo al Imperialismo Norteamericano, alcanzando el clímax máximo con la “dolarización”; es en este periodo donde Ecuador perdió bochornosamente su soberana territorial así como su soberanía económica.

Una vez solucionado la “triquiñuela” que otorgaba toda la libertad para que el Ejercito Norteamericano tome posesión de la Base de Manta, los acuerdos firmados daban exagerada protección tanto a sus operaciones militares como a su personal, como consta en los contenidos del convenio, entre ellos podemos transcribir los siguientes:

- El conceder al personal norteamericano y sus dependientes en el Ecuador una condición jurídica equivalente a la que proporciona al personal de la Embajada Americana, lo que de acuerdo a la Convención de Viena del 18 de abril de 1961 les confiere la inviolabilidad personal, inviolabilidad de domicilio, inmunidad de jurisdicción penal, exención de pago de impuestos y gravámenes y algunos privilegios aduaneros.

- El renunciar todo tipo de reclamaciones por daños causados, incluidas lesiones o muertes.

Todos estos privilegios eran acompañados además por despotismos y abusos del personal norteamericano en territorio ecuatoriano, denunciados, muchos casos, por investigaciones periodísticas.

Sin embargo el supuesto objetivo de la Base de Manta que era combatir el narcotráfico ha sido desenmascarado luego del informe de Rafael Correa en UNASUR donde desmintió que la presencia militar extranjera favoreciera la disminución del tráfico de drogas. La base estadounidense de Manta no sirvió casi nada para controlar al narcotráfico "Sin la base de Manta y sin la DEA, ya llevamos el doble del promedio histórico en el secuestro de droga" fue la conclusión de Correa.

Por otro lado, la Base de Manta, durante todo este tiempo, ha estado ejerciendo sus funciones controlada por el Comando Sur del Ejercito de los Estados Unidos, sin olvidar que el objetivo de este Comando es “vigilar todo el desenvolvimiento territorial desde Guatemala hasta Argentina, con las tareas de: 1) mantener la seguridad y los objetivos de la política exterior de los Estados Unidos 2) Combatir junto a los ejércitos latinoamericanos la insurgencia, el terrorismo y el narcotráfico 3) Incrementar la influencia militar de los Estados Unidos en la región.

Por lo que las operaciones de la Base de Manta estaban sujetas a controles y planes del Libro Blanco del Comando Sur.

Esta subordinación hacia la Base de Manta inquieta aun más sobre sus verdaderos fines, sin embargo es muy ilusorio pensar que Ecuador sea un país importante en la economía política de las drogas. Nuestro país se ha convertido únicamente en un sitio de tránsito teniendo a su vez un consumo interno muy escaso.

Ha salido una base imperialista de Latinoamérica, pero con el posible establecimiento de siete bases en Colombia se pone en riesgo la seguridad soberana de nuestros países.

Toda esta ola de intervenciones y ocupaciones militares del Ejercito Norteamericano, no son más que nuevos intentos de hegemonizar estratégicamente espacios que permitan, en algún momento determinado, desestabilizar a nuestra región combatiendo los cambios progresistas encabezados por Venezuela y a su vez atacar de manera directa la insurrección heroica de las FARC-EP y todo el pueblo colombiano y bolivariano.

Esta nueva forma de “Doctrina Monroe” ha logrado ser detenida por el accionar soberano del pueblo ecuatoriano que ha dicho una vez más “Ni un soldado yankee en Nuestra América”.

Quito, 19 de septiembre del 2009


Modificado (22/09/2009 )