lunes, 10 de octubre de 2011

Aportes para Radicalizar el Proceso !


Por José Arturo Molina/Juventud Comunista del Ecuador
 
Antecedente

A propósito del artículo en la edición del El Pueblo, Época VI, No. 1860, sobre el Informe Presidencial, que titula: “La radicalización del proceso político como punto clave en el informe presidencial”, hay que marcar, algunas observaciones. Por un lado, parece necesario afirmar que el marxismo-leninismo es la teoría crítica que como mencionó Marx en su crítica a la religión, "(es), por tanto, la crítica del valle de lágrimas, santificado por la religión"[1], que adopta este carácter crítico, por la necesidad de desprenderse de la apariencia cósica de un hecho, que se aproxima a la ruptura de la solidez cósica del hecho a partir de su desvelamiento. La crisis aparece un como método que resuelve el inicio de la construcción de la teoría crítica, es decir, que con la crisis de un hecho, podemos arribar a la construcción de salidas superadoras del mismo, es el mejor escenario para hacer teoría, es el mejor momento para el marxismo-leninismo, no me parece tan cierto que en el Informe presidencial se haya reafirmado la propuesta de radicalización, pero no cae en crisis, la forma de presentar el proyecto de la Revolución Ciudadana, ni su práctica, ¿Cómo hacemos teórica crítica hoy?.

¿Qué ocurre cuando un hecho como la Revolución Ciudadana no cae en crisis, y todo lo contrario aparece, reafirmo aparece, en este caso como una promesa, como un hecho con aparente solidez cósica que no permite trazar otras salidas? Parece entonces, necesario hacer un análisis que nos permita marcar distancias necesarias entre la denominada Revolución Ciudadana y el Socialismo, para afirmar la propuesta de ir radicalizando el proceso; se nos exige al Partido Comunista del Ecuador, un desarrollo teórico, que permita ir despejando, más allá de la vacuidad retórica, una propuesta superadora; el apoyo crítico se refiere, y es una propuesta, de construcción del Socialismo práctico-teórica, es decir un proceso de enunciación y movilización para la construcción del Socialismo en el Ecuador. Si aspiramos a convertirnos en vanguardia política de un proceso que reconoce para sí mismo las propuestas del igualitarismo liberal, de Amartya Sen y Martha Nussbaum que proclama la igualdad de capacidades, y condiciones que reconoce va más allá de la Teoría de la Justicia de John Rawls, es decir es pos-rawlsiana, que recoge el cooperativismo y socialismo de mercado o capitalismo popular de Gerald A. Cohen, que avanza -de acuerdo a las palabras de René Ramírez, Secretario Nacional de Planificación y Desarrollo-, en el camino de una sociedad pos-neoliberal, del igualitarismo republicano, del socialismo de mercado, hasta llegar a un bio-socialismo republicano, y que reconoce solo aspira a generar mecanismo de distribución del ingreso y no a revolucionar las relaciones sociales de producción, me parece que el Partido Comunista va a la cola de una propuesta que merece ser discutida, repensada y reorientada en base a los principios marxistas-leninistas, al parecer estas palabras causaran malestar en algunos, sin embargo recuerdo como afirma Atilio Boron o Fidel Castro, que es necesaria la “batalla de la Ideas”, para llenar con contenido, la vacuidad de las palabras que sean asumido como ciertas, y que están sirviendo con tono revolucionario a las aspiraciones de recomposición de un nuevo modelo de acumulación capitalista, a propósito, si existiera algún tono en contra de la distribución del ingreso, y de la redistribución de la riqueza en general no es tal, más bien habría que dar unos pasos más fuertes sobre estos dos, pero dándole un carácter de clase, reafirmo la redistribución de la riqueza debe estar en nuestra estrategia, impulsar hechos contundentes en este aspecto pueden ser una salida, porque lo realizado hasta ahora carece de importancia, por ejemplo en la denominada “revolución agraria”, más adelante detallaré algo más.

Hay un manejo poco exacto de las categorías marxistas, hay un ajuste forzado de la realidad en las categorías, un encajonamiento de la realidad en los conceptos y es una constante en los editoriales y artículos en El Pueblo, la crítica marxista no rehúye al debate, el marxista no rehúye a la discusión y al desarrollo teórico, es verdad el debate acerca de lo que son y serán los procesos de transformación en América Latina es un debate inacabado, y corresponde hacer un recuento de las varias propuestas para entender estos, desde el famosos libro de Heinz Dieterich, El Socialismo del Siglo XXI, hasta el rebatimiento teórico de Alex Callinicos, “Igualdad y Capitalismo” en Teoría Marxista Hoy, compilado por Atilio Boron; en el centro de la discusión encontramos propuestas que van desde el Ecosocialismo de Michael Lowy hasta el Bio-socialismo republicano de René Ramírez, pero lo esencial es definir en base al conocimiento de tales, el rumbo del Partido Comunista en un momento de “creación heroica de los pueblos”, a su vez con la identificación del rumbo, macar el paso para las masas, no podemos seguir el paso de teorías reformistas, digo reformistas porque todo pensamiento en política que se remita a perpetuar el poder, o signifique perpetuar el estado actual de cosas, más o menos “santificar nuevamente el valle de lagrimas” es teoría reformista, mientras no marquemos distancias o discutamos abiertamente entre el liberalismo y el marxismo, seguiremos entrampados en la distribución del ingreso y la igualdad de oportunidades, condiciones y capacidades.

Por otro lado, la Revolución Ciudadana siempre mostró su verdadera cara, es un hecho de transparencia, pero debemos analizar la propuesta política del gobierno y enfrentarla con el marxismo, al final tendremos como resultado algunas conclusiones y contrastadas con la realidad nos darán un resultado para marcar el camino a la radicalización; tomaré para este propósito el articulo de Alex Callinicos “Igualdad y Capitalismo” compilado por Atilio Boron en Teoría Marxista Hoy, lo contrapondré al texto de René Ramírez, Secretario Nacional de Planificación y Desarrollo, “Socialismo del Sumak Kawsay o biosocialismo republicano”, en Los Nuevos Retos de América Latina. Socialismo y Sumak Kawsay, y haré referencia también a algunos elementos presentes en Marta Harnecker, para poder dar cuenta de una salida superadora a la Revolución Ciudadana, haré referencia también a varias políticas públicas, presentes en el Plan Nacional del Buen Vivir y en las Agendas Sectoriales de los Ministerios Coordinadores, Luego, haré un intento de describir a nivel de la economía las políticas del Gobierno, para determinar el carácter de este.

La autonomía relativa de la conciencia social y la Filosofía Política del Gobierno

Preciso, importante comenzar aclarando, la constante marxista del determinismo económico “en última instancia”, hace referencia a un reduccionismo bastante peligroso, pues no asumimos la autonomía relativa de la conciencia social, si tomamos parte de este reduccionismo no reconocemos el rol de la ideología en el dialogo permanente, entre ser social (economía) y conciencia social (estructura jurídico-política, ideológica), recuerdo que dialogo es sinónimo de dialéctica, digamos su forma más genuina, reconocer la interdependencia entre estas dos categorías nos permite abordar un sinnúmero de variables  sociales, que influyen en la realización material de la sociedad, el hecho económico no está desprendido de las demás relaciones sociales que se establecen alrededor de la producción, por cierto no es un hecho aparte, no me refiero al hecho como lo mencionara Durkheim, hago referencia al hecho como anotara Gyòrg Lukács, en Historia y Conciencia de Clase, como el resultado de la concatenación de varias relaciones sociales, luego, una vez reconocemos el valor de la ideología, podemos abordar al pensamiento de la filosofía política como un elemento en función de la realización material de la sociedad.

Así, la filosofía política de la Revolución Ciudadana ha sido desde sus inicios la teoría del liberalismo, ¿Qué tipo de liberalismo?, pues, si acabamos de salir de una versión agresiva del mismo: el neoliberalismo, pues bien, la modernidad capitalista, desde la Revolución (burguesa) Francesa de 1789, ha puesto en tensión dos principios, la libertad y la igualdad. Por un lado, la libertad ha sido desde esa fecha la libertad de comprar y vender, de contratar, la libertad del mercado, y, por otro lado, la igualdad, ha sido la formal igualdad de las personas frente a la ley, encubriendo las desigualdades reales que promueve el capitalismo con su desarrollo, sin embargo, la pugna entre la prevalencia de uno u otro formó dos corrientes de pensamiento, el liberalismo y el igualitarismo, con sus respectivas aplicaciones económicas, en el camino fueron apareciendo combinaciones que dieron como resultado formas de liberalismo, que adoptaban el igualitarismo en su seno. Encontraremos en John Rawls, con su Teoría de la Justicia, su más importante exponente, él proclamaba “el principio de igualdad de oportunidades de acceso a posiciones sociales y el principio de la diferencia”[2], es decir “una sociedad justa es una sociedad en que las instituciones reparten los bienes primarios sociales de una manera equitativa”[3] teniendo en cuenta las diferencias entre unos y otros, en él encontramos la idea básica del capitalismo, de igualar a los individuos, pues, la diferencia en John Rawls, es solamente cuantitativa, es decir por la cantidad de bienes primarios que llega a tener un individuo, es el contenido del denominado (wellbeing) bienestar.

El problema radica en que para hacer posible la idea rawlsiana de justicia, de igualar a los individuos en base a su “tener” es necesario que todos sean poseedores en igual cantidad para lo que se propuso una estrategia de crecimiento económico, que igualara a los individuos con un mecanismo de distribución del ingreso, esta idea nos condujo por la propuesta del “desborde de la copa”; el crecimiento económico por sí mismo, daría como resultado mediante un proceso de distribución equitativo el bienestar, desgraciadamente, el continnum del crecimiento económico en un intercambio desigual, y con una tendencia marcada histórico-concreta como la de Latinoamérica, que distinguía como crecimiento económico al crecimiento macroeconómico, en una estrategia de hiper-liberalización de las economías, agresiva en su formulación y aplicación que a nombre de la libertad sometió al conjunto de la sociedad a los vaivenes del mercado, y sobre todo a la hegemonía unidireccional del capitalismo, y reducía a la indiferencia a la economía familiar (neoliberalismo), reconociendo que el proceso de acumulación capitalista en América Latina, y denominado crecimiento, beneficiaba a las élites oligarcas y sumía en la miseria a la mayoría de la población, hizo que la idea rawlsiana de justicia y su estrategia para realización fracasará, por lo que se presentó la necesidad de reformular una estrategia distinta, que conjugara la libertad del mercado para destacar la iniciativa individual pero que no excluyera a quienes por condiciones histórico-concretas no pueden desarrollarse en el marco de la meritocracia.

Amrtya Sen y  Martha Nussbaum asumen una posición crítica, debemos anotar que los seguidores de estos pensadores son Alberto Acosta, Jurgen Schuldt, René Ramírez, etc., al proponer una versión más “amable” radicalizan la postura igualitarista y le dan un toque distinto pos-rawlsiano, pues hablan, de que es necesario tomar en cuenta “como información de los juicios de valor las ‘capacidades’, es decir las libertades fundamentales para realizar la vida que valoramos”[4], o al menos tomar en cuenta las capacidades de los individuos para alcanzar los bienes primarios que hacen la vida cotidiana, entonces reconocen que es necesario un pacto social igualitario, que haga más o menos iguales a los individuos en sus capacidades, para esto es necesario una nueva institucionalidad que asegure, en el marco de una centralidad del mercado, que este no genere mecanismo de exclusión social. Con este antecedente, se plantea la necesidad de un pacto social, una nueva institucionalidad garantista de derechos, que asigne como menciona Dworkin “a los individuos un conjunto de recursos igualmente valorados (…) para permitir a las personas asegurarse de eventuales desventajas tales como: ser o quedar discapacitado (…)”[5].

Si valoramos, la propuesta de la Revolución Ciudadana con estos elementos, podemos descifrar los pasos dados en este proceso y develar la política pública del gobierno, aseguramos que era necesario para la “igualdad de capacidades” un nuevo marco jurídico-político, una nueva institucionalidad, garantista de derechos, si hacemos una retrospectiva podemos encajar el primer momento de la Revolución Ciudadana, con el cuestionamiento a la institucionalidad (Partidocracia), Congreso, Constitución ’98, como un antecedente, luego la proclamación de la Constitución de 2008, que contempla la nueva estructura del Estado, y las formas para garantizar los derechos ciudadanos, sin dejar de lado, la centralidad del mercado, de acuerdo a la propuesta de la economía social y solidaria[6], un segundo momento con la estructuración de la Secretaria Nacional de Planificación y Desarrollo, y el Plan Nacional de Desarrollo, y más tarde el Plan Nacional del Buen Vivir, organiza el pacto social igualitario y lo pone en ejecución con el diseño de las políticas públicas; acierta en el reconocimiento de que para la “igualdad de capacidades” y la asignación de recursos igualmente valorados, es necesaria una distribución del ingreso (políticas fiscales y tributarias), pero también una redistribución de la riqueza (acceso a los medios de producción: tierra, agua, maquinaria, etc.), como anotamos no deja de lado la centralidad del mercado, y se aproxima a conjugar la igualdad de capacidades con la igualdad de oportunidades; cuando la Revolución Ciudadana expide la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES), pone en el centro del debate la meritocracia, de la misma forma con la Ley Orgánica de Servicio Público (LOSEP), con la estructuración del Ministerio Coordinador de Talento Humano da forma a la combinación de estos dos principios, cabe anotar que esto sí es una “novedad”, pues si partimos de la ortodoxia de Amrtya Sen o Marta Nussbaum ellos buscan superar la noción de mérito o éxito con la “igualdad de capacidades”.

¿A dónde va la Revolución Ciudadana? Cabe la oportunidad para afirmar que se establece nuevamente el sentido de la necesidad de reformar todavía el aparato jurídico-político, para realizar con mayor eficiencia el rol del Estado, en la “igualdad de capacidades”, el rol del Estado se vuelve central en este pensamiento, pues en el marco de una sociedad globalizada, la institucionalidad controla, regula, tecnifica, “moderniza” el campo de juego, con respecto a esto, en el análisis acera de las FF. AA y la Policía, recojo lo citado por Lisimaco Velasco, en su libro Civiles+ Militares. El hábito no hace al monje:
“En esta parte se debe considerar aquello que Corranza Mario retoma de Nicos Poulantzas, el hecho de que las FF.AA (y Policía), mantienen un juego dialéctico entre FF.AA, partido (fuerza social) y FF.AA, categoría social o aparato represivo de Estado. Sin olvidar que si bien las FF.AA, partido tiene el spirit de corps, estas se componen como toda fuerza social, de fracciones que se definen según la coyuntura por una u otra clase o fracción de ella”[7]

Y no solo responden, como ha puesto en discurso Rafael Correa, a la técnica, por muchos intentos modernizantes que se lleven a cabo en las FF.AA o la Policía. Podemos observar el otro escenario, con respecto a la economía social y solidaria, las propuestas dadas en ese sentido afirman la regulación del Estado, sembrando la competencia perfecta en una economía local y en una estrategia de desarrollo endógeno, pero que no tiene al Estado como su principal actor, aquí se manifiesta la idea de democratizar también el consumo, haciendo participe del mercado del sector público a los pequeños productores, para afirmar esta idea, tiene que redistribuir los medios de producción, es decir entregar tierras incautadas, o financiar su compra, con el Fondo Nacional de Tierras, pero esto se ha quedado en casi nada, el Plan Tierras no ha sabido seguir con el plan, por lo que es incierto el destino de esta parte del programa, por ejemplo. Aparentemente, la siguiente etapa del proceso es la construcción del Socialismo de Mercado (Capitalismo Popular), que proclamara Gerald A. Cohen, y que recogiera Rafael Correa en uno de sus Enlaces Ciudadanos, para ello tendría que asegurar la supervivencia de la economía social y solidaria, y la conservación de sus actores: los pequeños productores, para lo cual se anticipó generando alianzas regionales y propuestas como la de Pedro Páez con la Nueva Estructura Financiera Regional, o el Banco del Sur, o la Unasur, que asegure, una competencia perfecta, sin presiones del mercado internacional, y que viene adelantada por una sustitución de importaciones, sin embargo parece advenirse una crisis de modelo, por la recuperación estratégica del capitalismo, sobre todo con la recuperación de su crisis energética a partir de las brutales agresiones a Irak, Libia y otros, últimamente.

Como el rol del Estado es regular, controlar, en el marco de la “igualdad de capacidades” tiene que regular y controlar la participación política. Primero tuvo que extender el escenario político, y ensanchar la arena política, incluir nuevos actores, y estructurar mecanismo de control y regulación de ahí que en la nueva estructura del Estado exista un Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, y la lógica de que por la política pública se ejerce participación política (cooptación de organizaciones sociales), difícilmente podríamos decir que en el informe del presidente (en donde participaron sus Ministros Coordinadores y el Ministro de Relaciones Exteriores) haya algún indicativo de radicalización, todo lo contrario hay una afirmación del proyecto político de la Revolución Ciudadana, claro hay la versión, de René Ramírez de que este proceso sigue hasta alcanzar el Socialismo del Buen Vivir o Bio-socialismo republicano, y que muestra de ello es que hay proyectos de vanguardia que son ex –temporáneos, del Socialismo, como el proyecto Yasuní ITT, pues bien, podemos preguntarnos por qué un proyecto ex –temporáneo, del Socialismo está dirigido por Ivonne Baki, que según hasta donde sabemos no se ha declarado jamás socialista, esto nos marca en verdad la pauta de que en la Revolución Ciudadana, no subyace una contradicción, sino que sigue la línea de lo que es y ha sido, la Revolución Ciudadana, fue y es necesaria para afirmar los intereses del conjunto del capitalismo, en el Ecuador, y no solo de una parte de ella, que comúnmente llamamos oligarquía, y que tiene un modelo bien definido de acumulación que concatena la corrupción, con los medios de comunicación, entre otros para lograr la dominación/explotación, pero así mismo, el seguir pensando que por este camino de la Revolución Ciudadana avanzamos al Socialismo, me parece que habría que pensarlo más, si queremos alcanzar el Socialismo de Mercado de Gerald A. Cohen tal vez manifestemos siempre a favor y a la cola del proyecto de Movimiento País, sabemos y hemos repetido hasta el cansancio que el proyecto de Movimiento País fue necesario y coincidente con algunos de los postulados de la Revolución Nacional Democrática, pero no podemos seguir levantando la consigna de apuntalar la misma eternamente, pues, hace falta reorientar lo que ya existe, hacia el Socialismo.

El Socialismo de Mercado

Pero, ¿Qué diferencias existen entre el Socialismo de Mercado y el Socialismo propuesto por los marxistas? La más evidente, que el Socialismo de Mercado, adopta algunas formas ya refutadas por K. Marx en su lucha contra el Socialismo Utópico, como el cooperativismo de Proudhon, o la sociedad de propietarios de Saint Simon, otra que sin duda la propuesta de Socialismo de Mercado o Capitalismo Popular no modifica la estructura real del poder: las relaciones sociales de producción, solo practica un proceso de distribución y redistribución de la riqueza, que deja a salvo las relaciones de propiedad, o más o menos hace evidentes las formas de propiedad personal, pero las sigue santificando, y deja vivas la desigualdades reales, que son producto de la inevitable tasa de ganancia del capitalismo, que abre las brechas entre ricos y pobres, porque para que sigan en pie las relaciones de producción en el capitalismo, más o menos santificadas, o modificadas, debe haber explotación y debe haber pobres, entonces ¿Cómo radicalizar este proceso? ¿Y entonces tienen la razón los ultraizquierdistas, y seudo-izquierdistas? Pues, definitivamente que no, reafirmamos que era necesario el proyecto político de Alianza País[8], para combatir una estructura ideológica, político-jurídica y económica, que beneficiaba a una parte del capitalismo ecuatoriano, ligado al imperialismo norteamericano: la oligarquía-dependiente, y que dejaba a la mayoría de la población en la miseria, que aplicaba -como anotamos- una versión agresiva del liberalismo, que proclama la igualdad de oportunidades, y dejaba al individuo a merced de la ineluctables leyes del mercado, para salvarse según su mérito y alcanzar el éxito, y que desregulaba al mercado y apuntaba al crecimiento macroeconómico para beneficiar al sector comercial entre otros, en ese marco era necesario el proyecto político que acaece, pero de ahí en adelante, tenemos que discutir como reorientar el proyecto para salvar los aspectos liberales y capitalistas del mismo, por supuesto que radicalizar significa salvar los aspectos liberales y capitalistas, pero en nuestras sociedades latinoamericanas, bien sabemos que el solo hablar de distribución genera una modificación en la correlación de fuerzas, y hablar de redistribución de la riqueza puede llevarnos a cuestionar las estructuras reales de poder. 

Entonces, en el marco de una crisis civilizatoria, y de la hegemonía neoliberal, de una creciente desigualdad en América Latina, los proyectos igualitaristas acaecen, toman forma, readecuan la economía, los Estados, y profundizan las contradicciones del sistema, hacen visible  algunos cambios pero sobre todo nos dan algunas indicaciones por donde avanzar, y en el continnum de la movilización de los sujetos políticos podemos advertir una primera salida superadora a la Revolución Ciudadana, Marta Harnecker ha hecho varios estudios al respecto, pero también acerca de una nueva forma Estatal, que se acerca a la población con sus servicios y que más o menos está presente en esta nueva institucionalidad.

Salidas Superadoras

¿Cómo encontramos respuestas superadoras? Hace algún tiempo redacté un texto, me parece importante actualizar este, y añadir algunas partes para aportar en el debate. Por un lado, es perentorio actualizar algunos debates, entre los temas fundamentales, se presenta la necesidad de explicar más detalladamente la teoría de Estado que manejó el neoliberalismo, el Estado democrático de excepción, el Estado de despojo, y su superación actual, entendemos que producto de una crisis orgánica, la nueva clase dominante se vio obligada a la prefiguración de un nuevo modelo de Estado, para el entendimiento de esta prefiguración y una salida superadora rescatamos el planteamiento de Margara Millan, en “¿Hacia una nueva reconfiguración de lo global-nacional? Historia, repetición y salto cualitativo” en Crítica y Emancipación, del 2010, Revista de la CLACSO, donde plantea la necesidad de un Estado “central coadyuvante en la dispersión del poder, es decir, facilitador del poder (diverso) societal comunal” y la propuesta de que “recupere la nación para sus poblaciones (es decir, nacionalice sus “recursos naturales” y los vuelva públicos revirtiendo el proceso de desposesión), pero, por otra parte, al mismo tiempo intervenga y cuestione el modelo de desarrollo del cual participa esa tensión inherente del poder del Estado en el momento actual no puede dejársela sólo al Estado” es un ejercicio de movilización, “enunciación-creación” permanente, por otro lado considero que el planteamiento de un Estado policéntrico [que consta en el Plan Nacional para el Buen Vivir 2009-2013] avizora dar una primer paso, apoyado en lo anterior, para elevar la crítica a las teorías esencialistas de Estado y autonomistas de la sociedad civil [crítica que ya se observa en El análisis posmarxista del Estado Latinoamericano de Agustín Cueva, en 1989] por lo tanto llegar a superar las versiones “esencialistas” del Estado, de Norbert Lechner, Ángel Flisfisch y Tomás Moulián, que proclaman que el Estado es por esencia perverso-malo, así también el poder, que alimentó las posturas eclécticas posmodernas en el pensamiento latinoamericano, y que viene siendo consigna de anarquistas y “radicales”, “haciendo del vicio virtud”, como diría Emir Sader, rebatiendo a Holloway y Negri, que afirman que la autentica izquierda es aquella que mantiene la autonomía de la sociedad civil y la construcción de un “poder autónomo”, y no se contamina con el perverso poder estatal, despojando al campo popular de la estrategia de la toma del poder, que nos ha conducido por el camino de la distribución y redistribución de la riqueza, sin modificar en nada las relaciones de poder.

Otros temas fundamentales también son la participación y democracia directa, recogemos las experiencias del modelo de presupuesto participativo de Porto Alegre, que se viene aplicando por parte del PT y el PCdoB en todo Brasil, y que está por aplicarse en Caracas, así como los modelos de participación y democracia directa que presenta Marta Harnecker en sus estudios, que son la base de la superación del Estado de despojo y la creación de una nueva sociedad organizada desde sus bases[9], tratando de considerar la importancia del Estado democrático-republicano, el sentido de ampliar el escenario político, el entendimiento de la teoría instrumental del Estado, y las posibles formas de transición del Estado en un non- Estado, en la idea de ir “acercando el Estado y sus servicios a la población” como manifestara Marta Harnecker en su visita a Ecuador  

Un tema sensible es el planteamiento del biopluralismo en contra del antropocentrismo [que se presenta en el Plan Nacional para el Buen Vivir 2009-2013 y en la Constitución del Ecuador] que plantea una nueva relación de lo humano con “lo otro” no humano pero sujeto a derechos, así también el reconocimiento de “lo otro como nosotros”, que advierte el cambio de estatuto epistemológico normativo, de la diferencia por exclusión a la unidad en la diversidad[10], la construcción de una Biopolis[11] que recoge lo fundamental sobre los planteamientos de la nueva relación de lo humano con “lo otro” no humano, pero que debe ser superado en su visión economicista-productivista-capitalista que descansa en la generación y explotación de conocimiento científico-tecnológico, de la “sociedad del conocimiento”, que se sigue rigiendo por la realidad de la globalización capitalista, la exigencia de articularse al mercado mundial y la globalización económica, y que puede resumir su línea en “pensar desde lo local donde está la identidad y actuar desde lo global donde está el poder”, esto sin duda no sigue la línea de una “sociedad de conocimientos” plural, en el que predomine el valor de uso por sobre el valor de cambio y que favorezca la satisfacción de las necesidades básicas y complementarias de la población

También advertimos que el reto en el nuevo Estado está en cuestionar el nuevo modelo de desarrollo, y el neo-institucionalismo, así como el reto de las fuerzas sociales está en marcar una ruptura con cualquier proceso disciplinario o “medida inmunitaria del capitalismo” a nivel regional y comprometerse en empujar los procesos hacia el Socialismo, como un proceso de movilización permanente en todos los espacios y frentes con las masas, como ocurrió en Venezuela, cuyo proceso movilizador logró revertir un golpe de Estado y está dando duros reveses a la política norteamericana de seguridad nacional y su “smart power”

Podríamos resumir esta parte, diciendo que las contradicciones del sistema siguen presentes, que la propuesta superadora inicia con el proceso de movilización y en el marco de aquello, se enuncia una forma de hacer Socialismo, que modifique realmente las relaciones de poder, de propiedad, todo esto quiere decir modificar las relaciones sociales de producción, entonces, la Revolución Ciudadana ha modificado la situación neoliberal, con un principio de justicia distinto, ha ordenado, una ideología y una estructura político-jurídica para asegurar la reproducción de un capitalismo popular en palabras de Gerald A. Cohen, este tipo de capitalismo apunta a resolver algunas de las problemáticas sociales, que condujeron a una crisis orgánica del sistema de dominación capitalista en el Ecuador, porque pone en tela de juicio la igualdad, como base para el consenso social o cohesión social, y rebate la idea de que el capitalismo sea permanentemente coerción o violencia, ahora podemos dilucidar el discurso del capital social[12], que es consenso y que se asume como componente para asegurar la reproducción del sistema, y del conjunto de capitalismo ecuatoriano, los que levantan la consigan de que la Revolución Ciudadana es autoritaria, violenta, y que ponen en escenario “la criminalización de la protesta popular” no llegan al fondo y no evalúan la propuesta subyacente en este momento de sumar consenso y cohesión social para asegurar la reproducción del capital, solo se ciegan ante sus interés propios.

Desde la perspectiva de la justicia, el Socialismo nos propone “de cada, cual según su capacidad; de cada cual, según su trabajo” en primera etapa y “de cada cual, según su capacidad; a cada cual, según sus necesidades”, por supuesto advertimos que los supuestos revolucionarios del igualitarismo liberal, son anticuados, para la teoría marxista, podemos adoptar algunas de las propuestas más acabadas en materia de justicia social, pero nuestros planteamientos distan tanto, cuando develamos que la ideología sirve como un mecanismo que asegura la reproducción del sistema, entonces tenemos que abordar, en segunda instancia esta realidad sistémica.

La Anatomía de la Sociedad

Una segunda parte de este análisis, se refiere a la “anatomía” de la sociedad civil: la economía, como afirmamos la Revolución Ciudadana, fue y es necesaria para afirmar los intereses del conjunto del capitalismo, en el Ecuador, y no solo de una parte de ella. Con la autonomía relativa de la conciencia social, ha levantado un “arsenal” de ideas, imágenes dominantes (ideología), que se conjuga con la estructura político-jurídica que se ha diseñado, pero todo esto no puede huir de la materialización de la sociedad, de su anatomía, la economía. Para advertir el carácter de clase del proyecto político, debemos hacer descripción de esa anatomía, de algunas de las políticas públicas, y sus potenciales beneficiarios, pues recordemos, en este proyecto, no se ha dejado de lado la centralidad del mercado.

Antes de nada, calificar a la Revolución Ciudadana de neologismo es un equívoco, que dice la definición de neologismo: “(…) puede definirse como una palabra nueva que aparece en una lengua, la inclusión de un significado nuevo en una palabra ya existente o una palabra procedente de otra lengua. La creación de neologismos se produce por modas y necesidades de nuevas denominaciones.”[13], los que levantan esta tesis, afirman que la Revolución Ciudadana, no ha modificado en nada el modelo anterior neoliberal, y más bien que es un continuismo, estas posiciones se han esgrimido desde algunos sectores, socialistas, radicales, anarquistas, etc., son posiciones que no logran generar una lectura acabada del proceso actual, y poniendo en el centro la contradicción entre capital y trabajo, suponen que el capitalismo es homogéneo en todas sus etapas, definitivamente, están errados, cada etapa dista de entre sí, el Capitalismo de libre concurrencia de la época de Marx es distinto al Capitalismo Monopólico de la época de Lenin, a la de la Segunda Guerra Mundial, Post- Segunda Guerra Mundial, al Keynesianismo, al Neoliberalismo, y son realidades histórico-concretas, que se adecuan de acuerdo a los vaivenes cíclicos del capitalismo, para asegurar la reproducción del sistema, para asegurar la tasa de ganancia del capital, entonces el capitalismo se modifica, se modifica incluso en los detalles, para dominar y explotar, por ello, cabe decir que no es igual uno que otro. Por otro lado, si hacemos una comparación de la política económica y sus resultados vemos claramente, como se oponen el neoliberalismo con esta nueva etapa. Con un análisis contrastante podemos reconocer que carácter de clase tiene el actual proceso.

Cuadro comparativo
Situación Económica del Ecuador en la época Neoliberal[14]
Lineamientos Agenda de la Política Económica para el Buen Vivir[15
       Fuerte dependencia del petróleo en los ámbitos fiscal y externo
Elevados niveles de concentración del ingreso
·         Fomentar una política tributaria con capacidad recaudatoria enfocada en la imposición directa
·         Discriminar progresivamente el gasto tributario y ligarlo a la generación de empleo y nuevas inversiones
·         Estimular la valoración de los activos ambientales, el uso de tecnologías limpias y control de la contaminación ambiental
·         Mejorar el financiamiento y la sostenibilidad del gasto público
·         Optimizar os subsidios en función de los objetivos del Buen Vivir
·         Gestionar adecuada y responsablemente la liquidez de las empresas públicas en función de sus objetivos sociales y de eficiencia administrativa
·         Garantizar la consecución de recursos destinados al financiamiento de la inversión pública y concretar  líneas de crédito contingentes ante eventos externos
·         Mejorar las relaciones fiscales inter e intergubernamentales con énfasis en la desconcentración y descentralización de las finanzas públicas
·         Garantizar que el endeudamiento público se destine a financiar los programas y proyectos de inversión contenidos en el PNB
      Sector exportador poco diversificado tanto en términos de oferta exportable como de destinos fuerte dependencia al mercado norteamericano),
·         Fortalecer el proceso de sustitución estratégica de importaciones
·         Fortalecer el esquema de desarrollo endógeno a través de la inserción estratégica del Ecuador en el mercado mundial
·         Profundizar el apoyo al sector exportador y proteger la industria local a través de los procesos aduaneros
·         Desarrollar y fortalecer los mecanismos financieros que promuevan las exportaciones, sobre todo las de pequeños y medianos exportadores
·         Fortalecer los mecanismos para asegurar los flujos netos de divisas y liquidez en la economía nacional
·         Impulsar los procesos de integración regional, en especial el Banco del Sur
·         Facilitar la recepción de remesas a partir de servicios y productos financieros especializados

Esquema de desarrollo primario extractivista
·         Impulsar el acceso equitativo a los recursos naturales con criterios de responsabilidad intergeneracional
·         Potenciar la banca pública para apoyar la transformación de la matriz productiva del país

Elevados niveles de subempleo estructural
·         Generar mecanismos de compras públicas que impulsen la producción local y expandan la demanda de trabajo
Limitado acceso al financiamiento para sectores productivos
·         Impulsar el acceso de los actores del sector financiero popular y solidario al Sistema Nacional de Pagos (SNP)
·         Impulsar los procesos de inclusión financiera
·         Fomentar el ahorro de largo plazo y canalizarlo hacia la inversión productiva mediante el desarrollo del Mercado de Valores
·         Potenciar la banca pública para apoyar la transformación de la matriz productiva del país
·         Consolidar la institucionalidad del sistema financiero popular y solidario
·         Consolidar el Sistema Financiero y fortalecer el control y la supervisión bancaria
·         Profundizar desmaterialización del sistema nacional de pagos
·         Desarrollar instrumentos complementarios de liquidez