martes, 30 de octubre de 2012

CONSIDERACIONES FRENTE AL CONGRESO FUNDACIONAL DE LA CEUPE!!!



Juan Francisco Torres
Secretario General
Juventud Comunista del Ecuador

Las diversas salidas del laberinto académico han permitido trazar las rutas del eterno retorno hacia el problema central de la mayéutica filosófica como germen del conocimiento, las preguntas del qué, para qué o para quienes; han caracterizado la esquizofrenia de la academia universitaria al no poseer respuesta frente al objetivo esencial de su rol en la sociedad, contando además con la subordinación por parte del todo globalizante que, ha utilizado a la academia como un productor – reproductor de las necesidades del orden social dominante; una institución que a la vez institucionaliza la reproducción de status social e impone un determinado saber especifico, quedando claramente expuesta la unidireccionalidad cognoscitiva del saber científico como ciencia del capital en medio de la modernidad de la civilización tecnológica, excluyendo cualquier tipo de saber dentro de la hegemonía institucionalizada del saber positivista del paradigma pragmático y cuantitativo. Una Universidad que no pone en duda las estructuras de dominio, sino las reafirma. Así pues, no es coincidencia que a nombre del “progreso capitalista” se intente excluir el pensamiento crítico de la formación académica, el momento de estructuración del saber en conocimiento institucionalizado, que encasilla cualquier tipo de revolución del conocimiento, poniendo a su entera disposición la conducción política de dominio, es decir la Universidad como una institución basada en la producción-reproducción de un tipo de saber que forma parte del orden social existente al cual lo consolida a través de la legitimación de practicas sociales, perpetuando el poder del capital.  Esta forma, a la que podríamos llamar división social cognitiva, forma parte de la inteligencia domesticada que apacigua cualquier tipo de heterodoxia de los saberes rechazados y escondidos por la hegemonía cognitiva occidental, acompañada además por la construcción de una sacralidad profesional, “virgen” de cualquier tentación de la “manzana política”, tamaña tergiversación del pensamiento de Bourdieu, sobre un paralelismo permanente entre lo intelectual y político, “en este contexto, dice Manuel Agustín Aguirre, en La Segunda Reforma Universitaria, no podemos dejar de referirnos a los profesores –así como estudiantes- que escudándose tras el funcionalismo, el academicismo, y cientificismo, defienden la Universidad tradicional, selectiva, elitista, apolítica, oponiéndose a la Universidad comprometida, popular, de las masas y para quienes la reforma, en el mejor de los casos constituye una modernización refleja, una copia servil de sus admirados modelos metropolitanos, hoy en crisis, que restaure la tranquilidad y el silencio claustral, perdidos para siembre, y que signifique una mayor adaptación a los valores de una sociedad caduca a cuyo caparazón adhieren y defienden”

Es así, que a través de esta “neutralidad ética” se otorga la plena libertad para la colonización del saber por la gran industria ideológica imperialista y el fetichismo de la mercancía intelectual, el positivismo a raja tabla es el pensamiento oficial representado en la academia y la relación social, desmovilizando la lucha ideológica a través de la pacificación interclasista y el desarme teórico de la clase oprimida. De tal forma que la “solución” a los problemas sociales es mediante el desarrollo cientificista de las “alternativas civilizatorias” en el orden establecido o peor aún el “best seller” de la superación personal mediante la alienación académica, características típicas del arribismo clasista; la educación liberadora no se basa en la titulación  de la mano de obra calificada, para ello vale recordar al ideólogo de la Reforma de Córdova, Deodoro Roca, quien calificaba al título profesional como la satisfacción de la vanidad de los mediocres.

Por otro lado la arremetida del capital cognitivo, desencadenó la disminución de los intereses primordiales de  la universidad, a través de las políticas públicas atravesadas por las prácticas neoliberales  del modelo de desarrollo económico, mutaron la Universidad (como parte de la totalidad de instituciones públicas) hacia la reproducción del capital cognitivo inherente a la producción del servicio simbólico, proceso subordinado del nuevo reordenamiento capitalista conceptualizado como globalización mercantil de la actual “universidad empresa”, cuya salida “superadora” de la crisis financiera interna, es la continua y permanente auto-generación de recursos que, de alguna manera permita cubrir los diferentes gastos de desenvolvimiento institucional, obligándola a mantener una alianza perversa con el capital financiero para la producción y consumo de los servicios cognitivos que estarán en expectativa al interés del capital, cuyo resultado, a mediano plazo, es la totalidad de la universidad tanto públicas como privadas y politécnicas, en una gran empresa dispuesta a cubrir en el mercado de conocimiento profesional las mejores y más baratas formas de producción y reproducción capitalista. Esta alianza capital-conocimiento es el primer atentado contra la verdadera esencia de la autonomía universitaria por su base en la producción de conocimiento determinado por el fetichismo económico transnacional, cuya esquizofrenia institucional será la no distinción entre público y privado. Además de la ruptura epistemológica sobre el objetivo mismo de la Universidad como ente liberador y relacionado con la alianza del conocimiento popular y el diálogo de saberes.

Este “mercado de gestión universitaria” responde a la creciente privatización educativa referente al auge de las distintas carreras universitarias basadas en la oferta académica capitalista, tal consecuencia el auge de universidades como negocios particulares, acompañado por la división social del conocimiento en las distintas ramas profesionales de inversión académica –carreras para clases altas y bajas- consecuencia de ello la disminución en base a esta restricción del ingreso a la universidad de las clases populares, además del alto porcentaje de desigualdad hasta el término de la carrera, en resumen estas características de la mercantilización educativa de una Universidad vinculada con la lógica liberal de los procesos de una supuesta formación profesional, la cual  ha vulgarizado la producción cognitiva de creación con el determinismo técnico y positivista frente  filosofía pluriversitaria originaria y al servicio del pueblo.

La dualidad táctica de las vías de transformación entre la imposible innovación universitaria del mercado neoliberal  debe ser  contrarrestada con la ecuatorianización del interés estudiantil como forma emancipadora de la política, administración, autonomía, relación y pedagogía entre el ethos universitario con la sociedad en su conjunto, en resume una Reforma Universitaria de carácter socialista, tal cual lo consideraba Julio Antonio Mella, por el simple argumento de ser el socialismo el único espíritu revolucionario del momento. “Un concepto socialista de lucha por mejorar la universidad es similar al concepto del proletariado en su acción por mejorar las condiciones de su vida y su medio”. La reforma universitaria no debe ser comprendida como reforma social o peor aún con reformismo social, la concepción reforma en lo social es diferente en la Universidad; esta institución por sus particularidades y originalidades debe cumplir su rol en el momento histórico y para ello debe ser reformada totalmente. La revolución la hacen los pueblos, no guetos ni claustros. Por tal razón dejemos a ese infantilismo de izquierda que continúe tontamente poniendo “focos insurgentes” pero de pequeño voltaje en su micro-cosmos universitario.

La Tercera Reforma Universitaria con espíritu socialista, debe considerar erróneo que la solución se base en superar problemas de aulas, entendido como presupuesto, calidad, libertad, democracia, inversión, autonomía; cuyos discursos se confunden y se argumentan con las consignas liberales de la política económica capitalista de la libre empresa; por ello se debe marcar el punto la distancia del movimiento estudiantil sin caer en oposiciones ciegas, una reforma incluso semántica de las alternativas y la actualidad transformadora, la urgente necesidad de generar el espíritu socialista del corpus universitario.

Es así que nos encontramos a la salida de este laberinto de incertidumbre académica, y es en este momento donde el pensamiento científico-crítico debe cumplir su papel dialéctico de transformación y rupturas epistemológicas que enfrente al orden establecido de la academia, liberando al conocimiento de las relaciones de dominación de poder.

Ese deberá ser el objetivo de la Coordinadora Nacional de Estudiantes Universitarios –CEUPE- que en estos días se prestará a organizar su congreso fundacional, en la medio del debate consultivo, diálogo y resolución colectiva entre los y las estudiantes que conforman la gran colectividad universitaria. Un proceso consciente de re-construcción de movimiento estudiantil nacional, el punto de articulación de movimientos y gremios de universidades de toda índole, una exquisita diversidad entre las universidades públicas, particulares y politécnicas, que se han unido para velar la defensa de derechos estudiantiles, la calidad académica encaminada a la liberación social. Una pluralidad de más de 26 gremios estudiantiles de las diferentes universidades del país y un sinnúmero de movimientos juveniles universitarios; serán los que se aglutinen en esta gran Confederación para materializar una transformación que la Universidad necesita. La táctica de la movilización de ideas para continuar construyendo la Tercera Reforma Universitaria con espíritu socialista, debe ser el paso necesario que tienen que dar nuestras universidades, una autocritica que genere la re-inauguración de la academia y atente al claustro del institucionalismo cognitivo y la formalidad de considerar a las aulas como único espacio del saber; es hora de  desalambrar  las universidad con la entrada del pueblo y expropiar el capital cognitivo antropocéntrico, mediante las cosmovisiones y saberes  históricamente negados. El arma de la crítica no puede soportar evidentemente la crítica de las armas; la fuerza material debe ser superada por la fuerza material; pero también la teoría llega a ser fuerza material apenas se enseñorea de las masas.  Marx

Quito, 30 de octubre del 2012

domingo, 28 de octubre de 2012


ARTICULACIÓN NACIONAL CAMPESINA, INDÍGENA Y MONTUBIA DEL ECUADOR
MANDATO DE LAS ORGANIZACIONES DEL CAMPO POR LA SOBERANÍA ALIMENTARIA
En Ecuador no hace falta una reforma agraria.
Se necesita una verdadera revolución agraria.
Economista Rafael Correa, octubre de 2010.
Congreso de la CLOC, Quito-Ecuador


  1. 1.    Presentación de la Articulación Campesina, Indígena y Montubia del Ecuador
Como un primer objetivo de nuestro accionar conjunto, hemos configurado una propuesta de “mandato de las organizaciones del campo”, el mismo que es el resultado de los distintos talleres regionales que hemos llevado a cabo con dirigentes y miembros de las organizaciones de base, en especial en los eventos de Riobamba, Guayaquil y Cuenca; el mismo que ponemos a consideración de las autoridades del Gobierno Nacional y de las señoras y señores asambleístas, como una contribución para profundizar la revolución agraria en el país.
  1. 2.    Tendencias del entorno global y sus consecuencias
Las tendencias del entorno global relacionadas con la agricultura y la alimentación que circundan a nuestro país advierten del incremento de incertidumbres y anuncian muchos cambios en los mundos urbanos y rurales. Algunas señales que marcan el rumbo de las tendencias actuales, nos indican que:
  • El capital financiero internacional en alianza con unas pocas empresas multinacionales tiene el control total sobre los productos agrícolas, en especial sobre los que son estandarizables, como los granos (arroz, maíz, soya, trigo), las carnes y lácteos. Estas mismas empresas dominan toda la cadena productiva de las semillas (transgénicas), los insumos y máquinas utilizadas en la agricultura. Esta predominancia de capital financiero internacional sobre los alimentos a escala mundial está provocando un proceso generalizado de pérdida de la soberanía de muchos países sobre los alimentos y el proceso productivo.
  • El capital financiero tiene la capacidad de fijar los precios de los alimentos, ya que tiene bajo su poder enormes volúmenes de alimentos, transformados en papeles que se juegan en las bolsas de valores; poniendo en riesgo la soberanía alimentaria de muchos países que dependen de la importación de alimentos.
  • Hay una total hegemonía de las empresas multinacionales sobre el conocimiento científico, ya que las investigaciones aplicadas a la agricultura son financiadas por bancos y empresas multinacionales, que son finalmente las propietarias de las tecnologías resultantes, con las cuales han logrado imponer en todo el mundo un solo modelo tecnológico, la llamada “agricultura industrial”. En consecuencia, el conocimiento y la investigación se han privatizado y sus resultados son usados como mercancía para obtener mayores tasas de ganancia.
  • Está en curso una peligrosa estandarización de los alimentos, ya que la humanidad está siendo inducida a alimentarse cada vez más con verdaderas “raciones” estandarizadas que producen y comercializan estas empresas, poniendo en riesgo de desaparición por “desuso a ”la gran diversidad de semillas y especies animales que disponen los campesinos para obtener sus alimentos.
  • Hay una sobreproducción mundial de alimentos pero una muy mala distribución, al punto que millones de personas de los países pobres padecen hambre y desnutrición, mientras que en los países del norte, su población sufre las consecuencias del exceso de alimentación, como la obesidad, enfermedades coronarias, etc.
  • El modelo industrial de agricultura no genera empleo, ya que el enfoque de las empresas transnacionales apunta exclusivamente a extraer el mayor nivel de rentabilidad posible de la agricultura, utilizando un paquete consistente en “semillas de alto rendimiento (transgénicas), grandes volúmenes de agroquímicos (fertilizantes sintéticos, herbicidas, en especial glifosato) y altos niveles de mecanización en todas las fases del proceso. Esta lógica no está pensada en la generación de oportunidades de empleo en el campo, porque se trata de una agricultura sin personas, las que son expulsadas sin más hacia los centros urbanos.
  1. 3.    Síntesis de la problemática agraria nacional
Reconocemos los esfuerzos que viene realizando el gobierno de nuestro presidente, economista Rafael Correa a través del MAGAP y otras dependencias para enfrentar y solucionar los acuciantes problemas del agro ecuatoriano durante los cinco años de gobierno y nos comprometemos a continuar trabajando en con conjunto para resolverlos.
Pero a su vez, nos preocupa la persistencia de varios problemas, caracterizados principalmente por:
  • los bajos niveles de ingreso de las economías familiares campesinas,
  • la baja productividad de la mano de obra rural, la desocupación especialmente de la juventud,
  • los procesos de reconcentración de la tierra destinada a cultivos y la concentración del agua para riego,
  • la vulnerabilidad de numerosas comunidades frente a los cambios naturales extremos,
  • el creciente el control de la producción y del comercio de productos agrícolas por parte de pocas empresas,
  • la persistencia de los mecanismos asimétricos de comercialización.
  • los intensos procesos de deforestación, la erosión del suelo y pérdida de fertilidad,
  • la escasez y contaminación del agua, la desertificación y pérdida de diversidad biológica por la destrucción de los ecosistemas.
Factores que influyen negativamente sobre las posibilidades de construir el Buen Vivir Rural  para las actuales y las futuras generaciones.
  1. 4.    El modelo de agricultura que aspiramos
Frente a los riesgos que se derivan del entorno global, caracterizados por control que ejerce el capital financiero internacional en alianza con pocas empresas multinacionales sobre los principales alimentos y sus procesos productivos, y como alternativa al modelo de desarrollo rural neoliberal que se impuso en nuestro país hasta hace pocos años, que incrementó la dependencia de nuestra agricultura de los designios de unas pocas empresas multinacionales, que facilitó la consolidación de grandes grupos de poder que imponen condiciones en el agro ecuatoriano, que contribuyó al aparecimiento de enormes desequilibrios e inequidades sociales y que desarticuló el tejido social rural; proponemos  como alternativa, un modelo de agricultura basado en los siguientes criterios:
1) Se plantea como prioridad, la producción local de alimentos para consumo interno por parte de pequeños y medianos productores. Esto implicará la implementación de políticas orientadas a:
  • Reducir la dependencia de la importación de alimentos, en especial de los que se puede producir en el país, o al menos, no aumentar la dependencia de la importación de los mismos.
  • Proteger las áreas destinadas a la producción de alimentos, evitando el crecimiento desordenado y extensivo de las ciudades sobre las mejores tierras de uso agrícola.
  • Garantizar la propiedad de la tierra en posesión de los pequeños y medianos productores agrícolas, otorgándoles los respectivos títulos de propiedad
  • Evitar la agresiva expansión de los agronegocios, especialmente los forestales y cultivos para agrocombustibles en áreas prioritarias para la producción de alimentos.
2)    Hacer agricultura respetando la naturaleza en cumplimiento del mandato constitucional, para lo cual será necesario la implementación de medidas conducentes a:
  • Utilizar de manera racional los recursos naturales, en especial el suelo, agua y agrobiodiversidad, mediante la utilización de tecnologías respetuosas de la naturaleza.
  • Reducir de manera sistemática el uso de agroquímicos, evitando su uso indiscriminado; como alternativa se propone difundir de manera masiva la tecnología agroecológica para la agricultura e impulsar procesos de transición hacia este nuevo modelo tecnológico.
3)    Mejorar la productividad de los procesos productivos de los pequeños y medianos productores agrícolas, mediante:
  • El mejoramiento sistemático de la infraestructura básica vinculada a la agricultura (canales de riego, secadores, pequeños silos, plantas de enfriamiento, vías secundarias de comunicación,  etc.), tanto a nivel familiar como asociativo.
  • La capacitación sistemática para la adopción de técnicas agroecológicas que pueden reemplazar con éxito a las técnicas de la revolución verde.
  • La facilitación del acceso de los productores a los mercados mediante la estructuración de cadenas cortas, estableciendo nexos directos entre productores y consumidores urbanos.
  • El mejoramiento de la capacidad de generación local de empleo e ingresos mediante la optimización y encadenamiento de todas las fases de la cadena agroalimentaria (producción local de semillas y de bioinsumos, construcción local de herramientas e implementos, procesamiento de los productos, acceso directo a los mercados, etc.).
4)    Superar las condiciones de inequidad que afectan a varios sectores sociales del campo. A través de:
  • El desarrollo de programas de capacitación a favor de las mujeres y jóvenes, de manera que puedan aprovechar de mejor manera las diversas oportunidades.
  • El impulso a sistemáticos programas productivos y de comercialización, orientados especialmente a beneficiar a las mujeres y jóvenes.
5) Revalorización de los valores culturales relacionados con la agricultura y la alimentación, a través de:
  • La recuperación y fortalecimiento de los conocimientos locales vinculados con la agricultura, especialmente el conocimiento acumulado por las mujeres de campo.
  • El establecimiento de procesos horizontales de diálogo de saberes que permitan recuperar lo valioso de los conocimientos ancestrales fortalecerlos con aportes de las ciencias occidentales.
  • Campañas de concienciación e intercambio entre el campo y la ciudad para la socialización de conocimientos y saberes respecto al uso alimenticio de las plantas desde el enfoque de soberanía alimentaria.
6) Fortalecimiento del tejido social rural, a través del reconocimiento del aporte realizado desde las        organizaciones campesinos al proceso de cambio en el país, mediante:
  • Procesos de capacitación en liderazgo y formación política dirigidos a las organizaciones campesinas.
  • Fortalecimiento de espacios de diálogo entre el Estado y las organizaciones campesinas, no solo respecto a la problemática agraria, sino a las políticas que radicalicen el cambio en el país.
  1. 5. Demandas de las organizaciones del campo
Frente a la problemática agraria como resultado de las políticas implementadas por los gobiernos neoliberales e inspirados en nuestra Constitución y el Plan Nacional del Buen Vivir la Articulación Nacional Campesina, Indígena y Montubia del Ecuador pone a consideración de las autoridades nacionales y del ramo, así como a los miembros de la Asamblea Nacional, el presente mandato de las organizaciones del campo, el mismo que es una síntesis de las aspiraciones más sentidas de los pequeños y medianos productores agrícolas, las mismas que son producto de los aportes realizados por los hombres y mujeres del campo que participaron en varios talleres regionales, en especial los eventos llevados a cabo en Riobamba, Guayaquil y Cuenca.
1) Democratizar el acceso a los medios de producción con énfasis en los pequeños y medianos productores, a través de:
Acelerar la entrega de tierras estatales a las organizaciones campesinas, acompañado de un programa coherente de acompañamiento técnico y financiero que garantice la consolidación de los nuevos procesos productivos.
Crear el Fondo Nacional de Tierras con suficientes recursos y un claro instructivo que permita a familias del campo acceder a este recurso
Consolidar la reforma política mediante la aprobación en la Asamblea Nacional de las leyes de tierras y territorios, recursos hídricos, agrobiodiversidad, semillas y agroecología, y de   comunas, sobre la base de los proyectos de ley presentados por las organizaciones campesinas conjuntamente con la COPISA.
Proteger las áreas destinadas a la producción de alimentos evitando el crecimiento desordenado y extensivo de las ciudades.
2) Rediseñar el programa de innovación tecnológica del MAGAP, que permita:
Utilizar de manera racional los recursos naturales, en especial el suelo, agua, y agrobiodiversidad, mediante la utilización de tecnologías respetuosas con la naturaleza, disminuyendo de manera sistemática el uso de agroquímicos, evitando su uso indiscriminado.
Impulsar un programa de agroecología diseñado por las propias organizaciones campesinas, que contribuya a reducir la dependencia del paquete agroquímico y a conservar de mejor manera nuestros recursos naturales.
Rediseñar el programa de Escuelas de la Revolución Agraria, para que amplíe su rango de acción hacia los pequeños y medianos productores de todo el país, en especial a los que producen alimentos.
Reorganizar el programa de distribución de urea, poniendo además a disposición de los productores un paquete equilibrado de fertilizantes, lo cual ayudará a reducir costos, aumentar la productividad de las cosechas y evitar la contaminación del agua con los residuos de la urea.
Reorientar la actual visión del INIAP para que retome la investigación en la producción de alimentos y el manejo sustentable de nuestros recursos naturales.
Incorporar la cátedra de agroecología en los programas de colegios y universidades.
Implementar un programa de mejoramiento participativo de semillas con participación especialmente de las mujeres del campo, el INIAP y las facultades agropecuarias, incorporando algunos elementos de la biotecnología, que permita obtener semillas de calidad.
Construir una red nacional de plantas de producción de bioabonos e insecticidas biológicos que reemplacen de manera paulatina a los agroquímicos y a su vez, contribuyan a la generación de empleo en el campo.
Poner en marcha  nivel nacional un programa de recuperación de suelos degradados, conservación de cuencas y protección de vertientes, que garantice la preservación de los recursos naturales para las futuras generaciones.
Ampliar de manera sistemática la producción de cereales, especialmente trigo, quínoa y otros cultivos andinos para que puedan sustituir hasta en un 30% al trigo importado.
3)    Democratizar el acceso de pequeños y medianos productores al riego, que garantice:
Incrementar las inversiones públicas para la construcción de infraestructura de riego con prioridad a la pequeña agricultura familiar y a la producción orientada a la soberanía alimentaria.
Aumentar la disposición de agua para riego, en especial para la producción de alimentos de consumo interno.
Apoyar el perfeccionamiento de la infraestructura y tecnificación de los sistemas de riego campesinos y el mejoramiento de gestión de los mismos, a través de políticas de acompañamiento, asistencia técnica, capacitación, investigación.
Elevar la eficiencia de los sistemas públicos y comunitarios, a través de procesos de rehabilitación, ampliación y mejoramiento de la infraestructura de riego
Articular la política de riego a las otras políticas relacionadas con la soberanía alimentaria.
4) Facilitar el acceso de los pequeños y medianos productores al crédito
Organizar un programa de crédito familiar orientado a la diversificación productiva y para la construcción de infraestructura básica, con énfasis en productores que inicien la transición hacia la producción agroecológica. Se propone un crédito de hasta diez mil USD a nivel familiar y de hasta quinientos mil  a nivel asociativo, al 5% de interés, a 15 años de plazo y con dos años de gracia.
Estructurar un programa de crédito asociativo que permita la conformación de empresas asociativas de transformación y comercialización de alimentos. Se estima como promedio un monto de 500 mil USD a las mismas condiciones anteriores.
Fortalecer el sistema financiero rural, en especial las cajas y bancos comunales en la perspectiva de ampliar la oferta de crédito hacia los pequeños y medianos productores.
5) Democratizar el acceso de los campesinos a los mercados, a través de:
Reorganizar la UNA con participación directa de las organizaciones de productores, para que tenga la capacidad de regular el mercado de alimentos (evitando importaciones innecesarias) y a su vez, pueda constituir reservas estratégicas de los más importantes alimentos.
Apoyar, en coordinación con algunos GADs y la participación de organizaciones urbanas, el establecimiento de sistemas directos de comercialización  de alimentos.
Fortalecimiento de la producción y comercialización campesina, mediante la estructuración de cadenas cortas, estableciendo nexos directos entre productores y consumidores urbanos.
Democratizar el programa de compras públicas, de manera que se facilite el acceso de los productos de origen campesino al este segmento del mercado,
6) Impulsar un programa de recampesinización, orientado especialmente a familias de migrantes, que posibilite:
Apoyar, en coordinación con la Secretaría del Migrante, a familias de migrantes, especialmente a aquellas que estén en el desempleo y que abandonaron sus tierras, para que retornen al país y se reinserten en actividades productivas.
Diseñar un programa integral de apoyo a estas familias para que se reinserten en la producción, especialmente de alimentos
7) Superación de las condiciones de inequidad que afectan a varios sectores sociales del campo, dando énfasis al:
Acceso a los medios y recursos productivos (tierra, agua, semillas, tecnología) a favor de organizaciones de mujeres campesinas
Impulso a programas de capacitación en beneficio de las mujeres y la juventud, de manera que puedan aprovechar de mejor manera las oportunidades.
8) Fortalecer el tejido social rural, a través de:
Promover la organización de los pequeños y medianos productores, simplificando los requisitos para la obtención de la personaría jurídica.
Apoyar las alianzas con organizaciones urbanas, especialmente para la comercialización directa de alimentos
Procesos de capacitación en liderazgo y formación política dirigidos a las organizaciones campesinas.
Fortalecimiento de espacios de diálogo entre el Estado y las organizaciones campesinas, no solo respecto a la problemática agraria, sino a las políticas que radicalicen el cambio en el país.
9) Revalorización de los valores culturales relacionados con la agricultura y la alimentación, a través de:
La recuperación y fortalecimiento de los conocimientos locales vinculados con la agricultura, especialmente el conocimiento acumulado por las mujeres de campo.
El establecimiento de procesos horizontales de diálogo de saberes que permitan recuperar lo valioso de los conocimientos ancestrales fortalecerlos con aportes de las ciencias occidentales.
Campañas de concienciación e intercambio entre el campo y la ciudad para la socialización de conocimientos y saberes respecto al uso alimenticio de las plantas desde el enfoque de soberanía alimentaria.
10) Promover la reforestación con criterios de equilibrio ambiental
Reducir la frontera agrícola en la amazonia implementando en su lugar sistemas agroforestales con especies útiles para diversos usos.
Implementar, a nivel general, modelos integrales con enfoque agroecológico que incluyan especies forestales destinadas a diversos usos.
Octubre de 2012
FUENTE: www.jcecuador.org